Artículo de opinión sobre si la trayectoria de Ronald Koeman es merecedora de tener una voz y un voto con peso
El fichaje de Ronald Koeman por el F.C. Barcelona a finales de agosto de 2020 supuso el último cartucho para la directiva de un Josep María Bartomeu que acabó dimitiendo forzadamente en octubre tras haberse visto sometido a una moción de censura en la que Víctor Font tuvo una enorme influencia.
A pesar de la ilusión del holandés por aterrizar en la entidad blaugrana, ha sido usada como un arma para ambos sectores.
Cara y la cruz
Por un lado, cabe destacar que palabras del holandés en las que consideraba que la intensidad, la meritocracia y la apuesta por la gente joven serían importantes señas de su gestión.
Ante estas confesiones, Xavi comenzó a ser criticado por el periodista de Jugones, Josep Pedrerol, por haber rechazado en reiteradas ocasiones la posibilidad de entrenar a los culés al considerar que no le daban la condiciones pertinentes para el cargo.
Por otra parte, los sectores más cruyffistas han considerado que Ronald Koeman no gustaba para el cargo, ya que a pesar de haber triunfado en equipos como el Southampton o la selección holandesa, no existía meritocracia en sus alineaciones.
Coutinho, Pjanic o Griezmann empezaron a jugar por decreto a pesar de mantener un estado de forma bajo y en un esquema con el que los resultados decayeron: un 4-2-3-1.
No solamente se veía a un Lionel Messi que era la sombra de anteriores años. El equipo no gozaba de equilibrio táctico ni de fluidez en el juego cuando tocaba dar el callo en encuentros decisivos.
El técnico holandés ante equipos como Real Madrid o Granada en Copa del Rey llegó a colocar a cuatro o cinco delanteros, mientras que se percibió a un equipo agazapado en la Supercopa de España ante equipos con menor talento, cómo son los casos del Athletic Club y la Real Sociedad.
Levantarse cuando nadie creía
Pero cuando había razones para no creer y solamente se empezaba a pedir que Koeman consiguiera conducir a los culés a los puestos de Liga de Campeones, las tornas comenzaron a girar a favor.
El equipo empezó a dar una mejor imagen al final de la primera vuelta ante clubes como Valladolid o el Athletic Club. Además de haber ganado esos partidos 0-3 y 2-3 respectivamente, comenzaron a haber cambios que alentaban a la esperanza.
Además de haber apostado por una especie de 3-5-2 o un 3-6-1, diamantes en bruto como los defensas Mingueza y Araujo comenzaron a demostrar su valía en defensa, Pedri se perfiló como un centrocampista de futuro, Trincao empezó a aprovechar al máximo los minutos que le iba dando Koeman y, sobre todo, Dembélé, se desquitó la etiqueta de «jugador de cristal» para acercarse a su mejor versión.
Viento a favor, ¿pero para siempre?
Los frutos comenzaron a verse en encuentros llenos de brillo ante el Sevilla en Copa y Liga respectivamente, el PSG en la ida de La Liga de Campeones, perdida tras una mala imagen en la ida y, sobre todo, el 1-6 endorsado a la Real Sociedad.
Han sido unos pocos partidos en los que los blaugranas han abrazado el sobresaliente, pero la filosofía cruyffista que tan grande ha hecho al Barça exige una excelencia continuada.
❝@JohanCruyff ha sido el personaje más importante de la historia moderna del Barça❞
— @JoanLaportaFCB pic.twitter.com/hb5Tzm0IPg
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) March 24, 2021
Precisamente cada 24 de marzo, día en el que se celebra el enésimo aniversario de la muerte de Johann Cruyff, se añora más que nunca su presencia.
Porque él dejó vigente una huella procedente del Ajax que ha hecho tan grande al Barça. Porque aunque haya sufrido tiempos de crisis durante los últimos años de la legislatura de Bartomeu, las continuas exhibiciones del equipo dan cabida para la esperanza, pero el respeto hay que ganárselo para tener el poder total de decisión.
Imagen vía: @RonaldKoeman
