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Luis Aragonés y su acoso mediático (parte I)

Reportaje sobre el acoso sufrido por parte del Sabio por sus problemas con Raúl y otros veteranos.

Cuando somos niños, observamos todo lo que nos rodea y siempre hay momentos que nos marcan. A mucha gente de mi generación se nos quedó grabada la campaña vomitiva de la prensa sobre Luis Aragonés entre los años 2006 y 2008. Por suerte, el cuento tuvo un final feliz, ya que España ganó la Eurocopa, pero tuvo que soportar carros y carretas.

Es un ejemplo de manipulación, faltas de respeto y asquerosidad sobre lo que puede llevar una causa común sin razones. Pero como toda historia, tiene un principio y un final. Todo empezó el 21 de noviembre del año 2005. España se acababa de clasificar para el Mundial de Alemania 2006 por la puerta de atrás, ya que disputó la repesca ante Noruega.

Morder la mano que da de comer

El capitán del barco era Raúl González Blanco, un mito del Real Madrid. No obstante, el 7 blanco había bajado su rendimiento y en palabras de Florentino Pérez, se había convertido en un peso demasiado pesado en el vestuario junto  a Luis Figo y Fernando Hierro. Este no era el único de los problemas, ya que llegó el fatídico 21 de noviembre. No solamente la afición blanca aplaudió a Ronaldinho al caer 0-3, sino que el mito madridista se lesionó de gravedad. Se rompió el menisco externo y se destrozó parcialmente el ligamento cruzado.

Estuvo de baja de seis a ocho semanas. Debutó ya iniciado 2006 ante el Valencia, y Luis Aragonés optó por esperarle. Hizo lo mismo con un Xavi que sufrió una lesión mucho más grave. De este modo, quedó demostrado que la juventud y la veteranía estaría unida en un vestuario. Si contamos a veteranos, vemos a David Albelda, Michel Salgado, Raúl y Santi Cañizares. Pero la juventud merece un párrafo aparte.

Un equipo prometedor

Teníamos a tres integrantes de la selección española sub 20 campeona en 1999 –Iker Casillas, Xavi Hernández y Carlos Marchena-, dos miembros de la plata olímpica de Sídney 2000 -Albelda, Xavi y Puyol-, dos componentes de la subcampeona sub 20 en el año 2003 –Fernando Torres y Andrés Iniesta– y jugadores jóvenes que la estaban rompiendo como Sergio Ramos, Cesc Fábregas, Marcos Senna, Xabi Alonso, Luis García o David Villa.

A pesar de los fatalismos y fracasos del combinado nacional, se respiraba un ambiente esperanzador ante tanta promesa junta y jugadores de jerarquía. Opa, amó a por el Mundial, a por ellos y Rojo es el color del equipo español fueron canciones que tuvimos hasta en la sopa. Además, La Sexta y Cuatro, cadenas recién estrenadas, pusieron toda la carne en el asador para esperanzar a todo espectador de que se podía hacer algo grande. Luis lo creía, hasta el punto que dijo que dimitiría si España no llegaba a semifinales. 

Dejó claro que rotaría y habría mundial para todos. Lo demostró en el primer partido cuando sacó de inicio en punta a David Villa, Luis García y Fernando Torres. De este modo, Raúl quedó relegado al banquillo. Aunque la Roja ganó 4-0 con brillantez, la suplencia del capitán no tardaría en acarrear consecuencias dentro del vestuario.

Comienzan los problemas

Según el periodista Damián González, Luis «el Sabio» confesó a los colaboradores: «los veteranos me están echando un pulso», señalando a Raúl, Salgado y Cañizares. Quería que se terminasen «las malas caritas» con gestos e indirectas, incluso debates sobre los entrenamientos de los porteros con pelotas de tenis. Era ver para creer, pero el vino fue la gota que colmó el vaso. Lo puede contar bien José María García. A la hora de servir la comida, el jugador más joven tenía derecho a una copa de vino. Raúl no pudo pasar inadvertido con su frase: «para eso he quedado yo en este Mundial, para serviros en la mesa».

Volvió a ser suplente en el partido contra Túnez de la primera fase. Los tunecinos se adelantaron en el marcador y Luis tuvo que agitar el banquillo. Uno de los afortunados en salir fue el propio Raúl que puso el empate en el minuto 76. El pueblo español vitoreaba de alegría, pero el vestuario estaba dividido. El 7 fue a celebrarlo con Michel Salgado y Santi Cañizares. Finalmente, ganaron 3-1.

La eterna bofetada

Al siguiente partido, jugaron los suplentes, entre los que se incluían Raúl y Cañizares, siendo Reina el único portero que se quedó sin minutos. Ganaron 0-1 con gol de Juanito, siendo la mejor selección de la primera fase. Debían demostrar su fortaleza ante la veterana Francia de Zinedine Zidane. En aquel encuentro, Aragonés alineó a Raúl de inicio, pero España cayó en los últimos minutos por 3-1. Ese algo del equipo no estaba maduro aún y cayeron contra el músculo galo. Precisamente Zidane nos dio la puntilla final.

España-Francia | elmundo.es - Mundial 2006
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El equipo volvió con la cabeza agachada al lugar de concentración, Kamen. Allí, ciertas voces del vestuario volvieron a sacar el hacha de guerra, oyéndose frases como: «a ver qué dice ahora el Sabio después de haber perdido este partido en octavos con los jugones y tener que volvernos a casa». Sin duda, el vestuario no estaba unido. «Hubo dos jugadores que dieron motivos suficientes para haber sido expulsados de la concentración». Esta frase del entorno de Luis lo dice todo.

Un nuevo comienzo

Posteriormente, tocaba dimitir o no por parte del seleccionador, ya que él quería como mínimo la semifinal. Se autoculpó como máximo responsable y alegó sus ganas de seguir entrenando. El próximo reto era la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008. Comenzó la fase de clasificación en Badajoz dónde España ganó 4-0 ante un rival débil como Liechtenstein.

El otro rival aparentemente inferior era Irlanda del Norte. El equipo se concentraba en Belfast y se produjo la madre de los desastres. La selección cayó por 3-2 gracias a un triplete de Healey, pero todo empezó el día de antes. Según el periodista Alfredo Relaño, en «la visita a Belfast, que se jugará entre grandes tensiones. La selección está concentrada en Las Rozas y Luis da el domingo libre. Hay que volver a las nueve de la noche. Varios jugadores llegan pasadas las doce.

Un pulso bien echado

Raúl espera que a la mañana siguiente Luis les amoneste, pero este no lo hace, así que decide retarle. La noche del lunes, tras la cena, se queda en la barra del hotel tomando una cerveza, con Míchel Salgado. Cuando el brazo derecho de Luis, el preparador físico Jesús Paredes, acude a decirles que deben acostarse, estos le piden que venga Luis. Luis acude y se quejan de su falta de rigor para con los que llegaron tarde.».

Si semejante situación enrareció el ambiente, peor fue la vuelta a la capital española. Aragonés pedía a sus jugadores que se quedasen a dormir en el hotel Meliá-Barajas. No obstante, Raúl, al ser madrileño, pidió irse a su casa. La respuesta del Sabio fue tajante: «¡Váyase! Ya sé que no puedo contar con usted para nada». Dicho y hecho, Raúl no volvería a la selección tras 102 partidos y 44 goles.

Días más tarde, presentó la dimisión, pero jugadores como Casillas y Puyol le respaldan y, casualmente, decide cambiar de opinión. Es el inicio del concepto de «familia» que le había explicado Jorge Garbajosa a Fernando Hierro para explicarle su éxito en el Mundobasket. Los chicos de la canasta campeones del Mundo y los del fútbol estaban hundidos. Luis necesitaría hacer grandes cambios.

Toda decisión tiene consecuencias

Para el partido oficial contra Suecia y el amistoso contra Argentina, toca reinventarse. No convocó a Raúl ni a Salgado. Tampoco lo hizo con Cañizares. Estaba claro, lo que él decía, iba a misa. El primer encuentro lo perdió 2-0 y comenzaron las críticas. Raúl selección, fuera o Luis dimisión se convirtieron en estribillos de canciones de Cadena Dial en portadas de periódicos y programas de radio. La guerra acababa de empezar.

 

Imagen principal vía: 20 Minutos

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