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La fuga de Alcaraz

Carlos Alcaraz parecía imparable a mediados de 2023 pero desde entonces no ha cumplido las expectativas que él mismo generó con sus declaraciones. ¿Qué le está pasando?

Carlos Alcaraz parecía imparable a mediados de 2023 pero desde entonces no ha cumplido las expectativas que él mismo generó con sus declaraciones. ¿Qué le está pasando?

“No tiene rival”. Estas fueron mis palabras viendo a Alcaraz en Wimbledon el año pasado, donde acabó ganando. Me refería al torneo pero también a los próximos años. Y es que su superioridad parecía tan aplastante que nada hacía presagiar que no volviera a ganar un torneo en los siguientes 7 meses… pero ha ocurrido.

Y es que Carlitos también lo veía fácil o esa fue mi impresión cuando, pocas semanas después, declaró que su objetivo era terminar el año como número 1. Según lo escuché me pareció equivocado y el tiempo lo ha confirmado. No consiguió su objetivo, en gran parte porque no volvió a ganar un torneo. Aquello del partido a partido que acuñó Simeone, puede parecer una frase más en el deporte pero no lo es en absoluto. Y es que cuando llevas tu atención más adelante de lo inmediato, ya estás perdiendo.

Y es ahí donde considero que viene la fuga de rendimiento de Alcaraz, de la que se ha hecho preso. Y es que el habitual “truco” psicológico de quitarse presión sí que sirve, mientras tu mentalidad sea la de dar el máximo rendimiento. Las expectativas son muy importantes y rebajarlas es una manera efectiva de quitarse presión. Pasa en el deporte y en la vida. Si te recomiendan un restaurante, es muy diferente que te digan que está bien (aunque la persona piense que es el mejor en el que ha estado) a que precisamente te diga que no hay otro mejor. ¿Cómo vas a disfrutarlo más? Y en el deporte disfrutar es ganar, bien lo sabe el joven tenista murciano.

Pues Alcaraz hizo lo contrario, probablemente movido por su sentimiento de superioridad. Siendo tan joven, generó la máxima expectativa con la presión añadida que supone, ya que no te permite fallar. Incluso haciendo tú las cosas bien puede que llegue alguna lesión y te deje sin tu objetivo o que simplemente otro jugador sea mejor que tú (por ejemplo, un tal Novak Djokovic). Y no está mal que visualices ser el mejor de la historia pero no debe convertirse en tu propósito y mucho menos públicamente. Y es que el resultado o el éxito debe ser consecuencia, nunca fin en sí mismo.

El propio Alcaraz puede pensar que no le perjudica, pero los resultados tras esas declaraciones están ahí. De hecho, a comienzos de este año subió la apuesta: “Yo los récords que realmente quiero batir son los de Djokovic”. Es decir, una vez no consiguió ser el número 1 no sólo no rebajó la expectativa sino que la subió aún más, poniéndola en ser el mejor tenista de la historia. De nuevo, los resultados posteriores a esa nueva declaración no le han dado la razón y es que en el deporte profesional todo cuenta para ganar, hasta lo que declaras en público (sobre todo si a nivel interno te lo crees).

Sería interesante saber de qué manera cree que le ayuda decirlo tan a las claras y sobre todo pensarlo. No todo lo que se quiere decir, conviene decirlo, y menos aún si te lo crees. Y es que pienso que está siendo prisionero de su propio talento, ya que se ve tan bueno que se presiona hasta el punto de que le afecta a su rendimiento, aunque él no se de cuenta de que es así.

Torneo a torneo

Y partido a partido aunque lo hayamos escuchado tantas veces. Esa es la mentalidad que humildemente le recomendaría, ya que no hay mejor manera de conseguir el éxito que poniendo foco en el aquí y en el ahora, es decir, en el camino y no en la meta. Porque no hay nada más potenciador que prepararse para ganar el siguiente partido y luego el siguiente. Y así hasta ganar el torneo que tengo por delante. Es mucho más abarcable y te quita ese extra de presión que se está poniendo desde hace meses. La ambición está bien pero sólo si te ayuda a conseguir, precisamente, todo eso que dices que quieres y puedes ser. Y es que el talento le sobra pero esa gestión de las expectativas no le está ayudando a crecer.

Ahora se recupera físicamente para volver a competir tras la lesión que sufrió en Río de Janeiro. Y quizás es un buen momento para hacerlo también mentalmente, escaparse de esa prisión autoimpuesta que no le está ayudando y volver a ser ese Carlitos que ganaba sin más pretensión que disfrutar en la pista. Pienso que es cuestión de tiempo porque en cuanto a talento es el mayor que yo he visto en una pista de tenis. Solo le falta gestionarse mejor para encontrar su punto óptimo mental y volver a ganar. Y es que la fuga de Alcaraz, debe ser hacia donde nunca debió salir, el día a día.

 

Imagen principal vía: Buda Mendes / Getty Images

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