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Un partido confuso

El Sevilla intentará romper estadísticas en Montjuic, el Barcelona reencontrarse con la victoria. Dos equipos en caras opuestas de la moneda.

El Sevilla intentará romper estadísticas en Montjuic, el Barcelona reencontrarse con la victoria. Dos equipos en caras opuestas de la moneda.

La vida son momentos. Los humanos estamos fabricados con un instinto de supervivencia que viene de serie, y nuestro cerebro para ello ha cambiado su sentido de la vida por sensaciones. Sensaciones para sobrevivir. En ocasiones, nos provocamos a nosotros mismos una concepción errónea de la realidad. Porque la felicidad es fruto de la inconsciencia.

Este Barcelona – Sevilla es complicado de afrontar, porque el conjunto hispalense está desequilibrado en una escalera, entre caerse hacia atrás o estabilizarse para seguir subiendo. La victoria del Sevilla no es una resurrección. Se vieron aspectos positivos en el partido ante el Almería, pero nada como para lanzar campanas al vuelo. El último empate del equipo catalán es un espejismo en el desierto. La victoria contra el Celta da la pauta de la fuerte mentalidad que ha adquirido el rival. Su fútbol sigue siendo de un muy alto nivel. En sus dos últimos encuentros se vio un denominador común, al que se pueden agarrar los andaluces para causar incomodidades.

Los de Xavi están sufriendo algunos estragos defendiendo los 2×2 de centrales-delanteros en transición. Celta y Mallorca compartieron la idea de la doble punta (Larsen-Aspas y Muriqi-Abdon). Balde dispone de todo el carril izquierdo para él, llegando muchas veces hasta línea de fondo. Cancelo actuando por momentos como interior, deja desprotegido a sus centrales. Una transición rápida puede ser de lo más inteligente (véase el 2º gol del Mallorca). Las vueltas de Mariano, y sobre todo de Acuña a la convocatoria, son matices que pueden ayudar a llevar a cabo esta tarea. Por el contrario la baja de En-Nesyri es muy sensible, porque el juego del Sevilla se nutre en su gran mayoría de centros laterales, y el marroquí en ese aspecto es puntero. Una de cal y una de arena. Puede ser la ocasión de Rafa Mir y Mariano.

Desde hace un tiempo, al FC Barcelona le cuesta generar peligro contra bloques bajos. No terminan de ser determinantes por los costados y acaban ahogados en un juego de pases horizontales en campo contrario con una falta notable de intención. Ese es el momento en el que huelen sangre los rivales. Robar y morder. Forzar el bache defensivo que está sufriendo el conjunto culer. Ha ayudado a curar esta herida en su juego la irrupción meteórica de Lamine Yamal, un puñal desde el costado derecho, así como la mejoría de Raphinha. Pese a ello, el sistema de 3 centrales y dos delanteros puede ser de lo más certero para intentar rascar algún punto en Montjuic.

El Sevilla lleva más de 20 años sin ganar en liga en el feudo blaugrana, un dato más que llamativo. Aunque el planteamiento sugerido suene a «cavar tu propia tumba», este Barcelona es un equipo que aún sin Frenkie ni Pedri, con espacios y de tú a tú, te acaba arrollando. Más sabiendo que el Sevilla deja en ocasiones las líneas muy separadas y sufre defendiendo la zona del mediocampo, donde muchas veces se genera un espacio a explotar. El cuadrado de Cancelo, Gundogan, Gavi, Romeu, Raphinha de vez en cuando, etc, es el artifacto perfecto para destrozar esa demarcación. Ya vimos a Lopetegui poblar el centro del campo el año pasado con 4 mediocampistas con el fin de de retener la superioridad contraria que se podía generar gracias al famoso cuadrado.

Los extremos hay que alejarlos lo máximo posible. Los grises existen. En el Sevilla reina la inseguridad y lo que se necesita son certezas, como la aparición de Lukebakio. El deber de los de Mendilibar en el Lluís Companys no es traer los 3 puntos de vuelta, sino competir y dar buena imagen. Creer que no se le ha perdido la cara al fútbol. Que la curva oscilante se convierta en una recta ascendente. Almería y Barcelona son dos partidos que pueden dar pie a la confusión, porque en uno se puede hacer muy bien y en otro muy mal, pero en el punto en el que se encuentra el Sevilla es algo normal y esperable. Hay que volver a construir una base de equipo. Utilizar el partido contra Almería como impulso. Para estabilizarse, hay que pasar por partidos como este.

Imagen principal vía: Getty Images.

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