En la ventana de junio la selección alemana ha dejado momentos brillantes junto a otros, que ofrecían serias dudas sobre su capacidad futura.
El último partido de esta ventana de la Nations League donde Alemania goleó a Italia (5-2), pudiera dar la sensación de una selección arrolladora y dominante en los partidos, pero la realidad es que éste fue el único partido completo en el que ofreció estas prestaciones, ya que en los otros tres precedentes su juego pasó por fases que dejaron serias dudas sobre su prestación.
Luces y sombras
En el segundo partido ante Italia, el equipo mostró un juego agresivo, de presión alta y con velocidad en el juego y en especial en rápidos contragolpes tras recuperación de balón, aspectos estos que habían sido la marca de la selección tras la llegada de Hansi Flick, en los partidos de clasificación para el Mundial.
𝟭𝟯 games
𝟗 wins
𝟒 drawsHansi Flick is 𝘴𝘵𝘪𝘭𝘭 unbeaten as Germany boss 🇩🇪#DieMannschaft pic.twitter.com/ERAtmPsuNN
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El problema es que en el primer partido ante Italia, frente a Inglaterra y en especial frente a Hungría el equipo dio muestras en varias fases de los encuentros de una lentitud exasperante, sin presión alta y muy poca velocidad en las transiciones. Puede entenderse que a estas alturas de la competición con jugadores pensando en las vacaciones y otros en solucionar su futuro de cara a la siguiente temporada, el juego no termine de tener la brillantez esperada, no obstante fueron signos preocupantes las desconexiones tanto a nivel individual como colectivo.
La rotación de jugadores
Flick rotó mucho a la selección dando entrada a jugadores jóvenes que tienen que ser el relevo generacional para los próximos años, y alguno de ellos mostraron un bajo nivel, pero lo cierto es que algunos veteranos tampoco estuvieron en su mejor versión. En los dos primeros partidos con muchos jugadores del Bayern el equipo sufrió de los mismos problemas que el equipo bávaro ha arrastrado en la segunda vuelta de la temporada, y los que entraron de otros equipos tampoco mejoraron el nivel.
La selección sufre en general de falta de gol ante las ocasiones que se generan, motivado principalmente por la falta de un delantero top, Timo Werner se encuentra en su estado depresivo del Chelsea y la experiencia de “falso” nueve con Havertz no termina de dar los frutos esperados, a ello se unen errores defensivos graves en especial de centrales experimentados como ha sido el caso de Süle, Rüdiger y Schlotterbeck en algún partido, y la poca presión en centro del campo, mejorada en el último partido con un Kimmich que recuperó la forma.
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En la nota más positiva se encuentra la irrupción de David Raum, lateral izquierdo del Hoffenheim que ha sido lo mejor, con sus internadas y buenos centros, lo que es buena noticia para una selección donde los laterales no abundan.
Imagen Principal Vía: Alemania.
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