La pretemporada del Real Madrid deja un sabor agridulce tras los últimos tropiezos ante Barcelona y Juventus.
A la vuelta de la esquina se encuentra el partido inaugural en la temporada 2023/24 para el Real Madrid, contra el Athletic de Bilbao en el Nuevo San Mamés. Ocho días le quedan al Real Madrid para pulir todos aquellos aspectos que han flojeado durante la pretemporada y afianzar otros muchos que potencian al equipo.
Sin embargo, antes de pensar en el partido contra el equipo bilbaíno, los blancos deberán hacer balance de la pretemporada. En cuanto a datos se refiere, el Real Madrid ha cosechado dos victorias y dos derrotas, un 50/50. En estos cuatro partidos jugados, el conjunto blanco anotó seis goles, mientras que los goles recibidos fueron ocho. Por mucho que la paridad sea clara en el contador de victorias/derrotas, es claro que los de Ancelotti sufren severas dificultades de cara a gol y muestran debilidades defensivas que provocan goles en contra con muy poco que el rival haga.
De este modo, el Real Madrid encajó dos goles contra el Milán en su primer partido por EEUU, aunque acabó dándole la vuelta al encuentro con un gran Fede Valverde en la segunda mitad. En el segundo choque, el Manchester United no pudo dañar a un muy buen Real Madrid que parecía empezar a rodar con un golazo de Jude Bellingham y una chilena de Joselu que cerraba el encuentro de manera espectacular.
Sin embargo, el FC Barcelona consiguió someter al conjunto merengue con muy poquito. Apenas llegaban a las inmediaciones del área eran capaces de crear peligro y concretar en gol sus oportunidades. El Real Madrid estrelló hasta cinco veces el esférico contra los postes y, por mucho que intentó, no consiguió ningún premio. Del mismo modo se desarrolló el partido de la Juventus, donde el conjunto turinés no tuvo que crear un abultado número de oportunidades para hacerse con el partido.
Conclusiones de la pretemporada
Una vez finalizados los partidos preparatorios en la gira de Estados Unidos, se ha de revisar todo lo acontecido durante los mismos. El objetivo es, lógicamente, potenciar aquello que fortalece al grupo y minimizar las debilidades que le han hecho fallar en los últimos encuentros.
Lo primero a comentar es la idea de juego que Carlo Ancelotti ha querido imprimir durante la pretemporada. Un sistema de juego gobernado por centrocampistas en el nuevo 4-4-2 en diamante, es decir, con un rombo en la medular formado por un pivote defensivo, dos interiores y un centrocampista más adelantado, llegando a actuar como mediapunta.
El elemento diferenciador respecto a la temporada pasada es la presión en bloque alto, que los pupilos de Ancelotti han ejercido, en ocasiones, con mucho acierto. Con jugadores jóvenes, que aúnan una técnica fabulosa con un físico prominente, el primer mandamiento del equipo ha sido ir a buscar al rival en propia área para recuperar lo más cerca posible de la portería rival.
Este cambio es un completo acierto, pero es posible hacerlo con jugadores muy concretos de la plantilla del Madrid. Por ejemplo, Modric y Kroos no están para hacer esfuerzos en presiones altas y volver en repliegues de sesenta metros a sprint. Ese tipo de esfuerzos son capaces de llevarlos a cabo los Valverde, Bellingham, Camavinga y Tchouameni, por eso, deberían ser los cuatro titulares indiscutibles si Ancelotti decide mantener el rombo en el centro del campo.
Otro acierto es, tanto por méritos propios como por la lesión de Mendy, la titularidad de Fran García. El joven canterano madridista es un cañón por la banda izquierda, dando amplitud al equipo en ataque y solidez en defensa. Es un currante nato, un jugador de esos que todos los equipos necesitan.
En cambio, también se han podido ver facetas en los partidos más que cuestionables. Aunque el nuevo sistema con cuatro centrocampistas te permite tener mucho control sobre el balón, Vinicius y Rodrygo no son delanteros puros. Esto provoca que ambos se pierdan más durante los partidos, perdiendo su potencial en zonas críticas del ataque.
Asimismo, todos los aficionados coinciden en que Toni Kroos no puede jugar de pivote. El teutón es un prodigio con el balón en los pies, y bien es cierto que aporta mucho en salida desde atrás, pero en cuestiones defensivas resta mucho al equipo en una posición crítica. Quizá, tanto Kroos como Modric, podrían ocupar los puestos de Camavinga y Valverde como interiores, una vez llegue la segunda parte, posiciones en las que el mundo del fútbol ha podido deleitarse durante tantos años.
Finalmente, la pretemporada del Real Madrid ha mostrado de manera incontestable que hace falta un delantero. El problema no es generar oportunidades, pues el conjunto merengue las crea y a puñados, sino concretarlas. Se nota mucho que no hay una referencia ofensiva que pueda facturar unos números a la altura de los mejores delanteros europeos.
La intención y el estilo de juego que este nuevo Real Madrid pretende afianzar tiene muy buena pinta, pero hay algunas cuestiones a reforzar y repasar antes del comienzo liguero, pues de no ser así podrían llevarse un batacazo en el Nuevo San Mamés.
Imagen principal vía: Photo by Tim Warner/Getty Images.
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