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Hay que arriesgar por Gabri, Sr. Mouriño

Artículo de opinión sobre la situación contractual y demás de Gabriel Veiga.

Artículo de opinión sobre la situación contractual y demás de Gabriel Veiga

Creo que todos los celtistas nos encontramos en un estado de desánimo con la situación de Gabriel. Quien sabe más o menos de fútbol entiende que el gallego es un soplo de aire fresco al fútbol que tenemos en este país, una oda al desparpajo y un tributo a la calidad, una explosión de cualidades que los que lo seguíamos con el Celta B la temporada pasada no dudábamos ni un mínimo de que triunfaría, pero no de esta manera. Cuando haces las cosas bien pasan trenes, aviones y coches con depósito de gasolina lleno cada hora para llevarte a donde tú quieras, y harán lo que esté en su mano para conseguirlo.

Esto viene de la mano con otro jugador que explosionó de gran manera, Oihan Sancet. Al final del partido contra el Getafe en San Mamés, el pamplonés le ha dicho a toda La Catedral que su amor por la camiseta que portaba lo seguiría vinculando hasta 2032. Sí, 9 años, algo que cada vez es menos usual en el fútbol moderno que se guía por el negocio y la vida nómada de los futbolistas, que nos quita poco a poco el romanticismo del balompié. Este contrato es una declaración de intenciones y que explícitamente nos dice que apuestan por él, que lo quieren en el club, es el eslabón de los vascos y el relevo sentimental de jugadores que tienen los años contados.

Por desgracia, esto en Vigo no está pasando. Y ojo, por culpa de la afición no es, todos sabemos que el año del Centenario con Iago y él peleando por objetivos bonitos sería un sueño que buscamos. Pero de ahí la palabra sueño, es algo que nos gustaría pero que la directiva parece que no quiere asumir. Las palabras de Mouriño en su rueda de prensa expresando «no lo vamos a vender, nos lo van a comprar» y hablando de Veiga como «activo» lo que quiere mostrarnos es su forma de ver la cantera como una fuente de ingresos y no como una gran ayuda de concebir una plantilla con un arraigo y un nivel competitivo que lo podemos ver con el Celta B y el Celta C.

Gabriel representa la garra, el amor por un club y el sentimiento por la entidad que puede sentir un niño de 10 años paseando la celeste por la calle, un chico de 23 con su pulsera del Centenario en la muñeca o un señor de 60 años en su butaca de siempre en Balaídos. Todo riesgo renovándolo y subiendo su cláusula puede valer la pena, y seguro que lo valdrá, un amor tan bonito no se puede emponzoñar por malvender a una de las mejores promesas de la historia del Celta simplemente para constatar esa cifra en los datos de beneficios de las Juntas de Accionistas.

Por último, estas líneas van para Carlos Mouriño. Escúcheme, eres para mí el mejor presidente de la historia del Celta y no habrá forma de agradecerle todo lo que hiciste por el club, pero piense en los aficionados, en el bonito proyecto deportivo que se puede formar con Carvalhal y lo que se puede pelear con una plantilla increíble. Todo en la vida tiene su coste de oportunidad, ¿y qué es mejor, 40 millones que no ayudan en el límite salarial y no nos aportan nada o pelear por objetivos que nos harían felices por siglos?

Hay que arriesgar por Gabri, Sr.Mouriño.

 

Imagen principal vía: @RCCelta

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