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Es el momento del Nápoles

El Nápoles ha encontrado la oportunidad que llevaba años persiguiendo: son líderes y están invictos en Serie A

El Nápoles ha encontrado la oportunidad que llevaba años persiguiendo: son líderes y están invictos en Serie A.

A diario nos encontramos con los discursos motivacionales que te obligan, prácticamente, a salir de la zona de confort. Esto es, en grandes rasgos, la situación en la que encuentras estabilidad en tu día a día. Y, por lo que se ve, esto se considera algo negativo. Siempre se abandera el progreso con salir de la zona de confort, con atreverse. Justo lo que hizo el Nápoles este verano: abrió las ventanas, aireó el vestuario y se ha encontrado con una realidad inesperada.

El club napolitano ha estado en una posición complicada la última década en Italia. Por el ahora llamado Estadio Diego Armando Maradona se han ido sucediendo los grandes jugadores y proyectos, sin conseguir nada a cambio. Desde los años con Lavezzi y Cavani, hasta el proyecto dirigido por Maurizio Sarri que llegó a superar los 90 puntos, pasando por el récord anotador que batió Gonzalo Higuain. Sin embargo, estas últimas temporadas parecía haber perdido la oportunidad de asaltar la Serie A. Vivir a la sombra de la Juventus de Turín ha sido algo agotador para los partenopeos y, por si fuera poco, cuando esta ha caído han sido los dos equipos de Milán los que han levantado el Scudetto.

Hasta que este verano Aurelio de Laurentis, Luciano Spalletti y Cristiano Giuntoli decidieron agitar el árbol del que están recogiendo los frutos. Un equipo poco acostumbrado a negociar por sus estrellas decidió dar salida a su columna vertebral. Salieron todos: Kalidou Koulibaly, Fabián Ruiz, Dries Mertens y Lorenzo Insigne, entre otros. La apuesta de los partenopeos era una moneda al aire y, de momento, le está saliendo cara.

En el lugar de sus antiguos pilares básicos han llegado fichajes que han pasado por debajo del radar general. Jugadores que atravesaban una época valle en su carrera o directamente llegados de ligas alejadas de los grandes focos. Sin ir más lejos, el claro ejemplo de la filosofía de altas ha sido Kvaratskhelia. Un joven georgiano que llegaba de su liga local, a cambio de diez millones de euros y que en cuestión de meses se ha hecho dueño y señor del Diego Armando Maradona. Pero él solo es la cabeza visible de todo el trabajo realizado por el Napoli. El balance actual del club es más que positivo: primer clasificado en la Serie A y clasificación a octavos de final de Champions League como primero de grupo. Todo ello, con un balance económico favorable. ¿Qué más se puede pedir?

Nápoles como ciudad es sinónimo de caos. El sur de Italia, en general, pero con los napolitanos como punta de lanza. Y, en medio de todo ese desorden, un estratega ha tenido la brillante idea de darle sentido a todo lo que le rodea: Luciano Spalletti. El único en la ciudad que ha decidido parar el tiempo por unos segundos y no se ha dejado llevar por la impulsividad inherente del sitio. Ha cogido todas sus piezas, las ha integrado dentro de un plan, le ha dado sentido a este y el resto ha ido sobre ruedas.

En ataque todo fluye de una manera muy natural y los números son arrolladores: 37 goles en Serie A y 20 en Champions League, para un total de 57 goles anotados en 21 partidos. Cifras que el periodista italiano Giuseppe Pastore se atrevió a comparar con las del Milan Invencible de Cappello en 1992. Los principales protagonistas de esta hazaña son Kvicha Kvaratskhelia y Victor Oshimen, que se han convertido en objetos de culto entre la afición. Y es que la naturaleza napolitana, además de caótica, es religiosa por castigo. En eso no hay duda de que su mayor referente es Diego Armando Maradona. No obstante, debe faltar poco para tener las caras del georgiano y el nigeriano abarrotando los aledaños del estadio, que precisamente recibe el nombre del particular dios argentino.

Del Nápoles ya se podía esperar una parcela ofensiva alegre, con un ritmo alto y que en ocasiones te levantara del sofá. Es lo que le ha caracterizado en los últimos años. Lo que sí es una ‘rara avis’ dentro de la naturaleza partenopea es la capacidad competitiva del club. Tantos años han estado detrás del Scudetto y el resultado siempre era el mismo. Tan cerca y a la vez tan lejos. No obstante, esta regeneración ha traído al equipo un callo competitivo que asombra. Da igual los golpes que reciba, se seca la sangre y continúa. Ni siquiera el gol temprano encajado contra la Atalanta, perseguidor en ese momento; ni la actual lesión de Kvaratskhelia, que lo ha apartado tres partidos de los terrenos de juego. El Nápoles sigue sumando de tres en tres, como si pudiera abstraerse del entorno.

Culpa directa de ello son las líneas que preceden a los dos atacantes. Luciano Spalletti le ha otorgado las llaves de su castillo a David Meret y Kim Min-jae, un central recién llegado del Fenerbahçe que se ha erigido como el líder de la zaga y una pieza aclamada por todos los partenopeos. Cada acción defensiva, cada ‘tackle’, se recibe con una ovación en Nápoles. Su acompañante está más en duda, han pasado por allí Juan Jesús, Amir Rrahmani y Leo Östigard; sin conseguir asentarse ninguno. Una zaga que tan solo ha encajado 16 goles en 20 encuentros.

Por delante y equilibrando el plan se encuentra Stanislav Lobotka, que está pendiente de una renovación que lo retenga en el sur de Italia. Los escoltas del eslovaco van rotando: Zambo Anguissa, Pietrov Zielinski y Tanguy Ndombélé se reparten la mayoría de los minutos. Una medular talentosa como pocas, con muchos jugadores que han llegado a estar en entredicho, que estaba vagando por Europa sin rumbo fijo y ha encontrado su ecosistema ideal bajo el manto de Luciano Spaletti.

El contexto actual de la Serie A da pie a la esperanza napolitana. Con el fin de la hegemonía bianconera se podía esperar que le tocara el turno al Nápoles, pero los dos equipos de Milán se le colaron. Ahora la situación es inmejorable, se marchan al parón por el Mundial líderes, invictos y con distancia de mínimo 8 puntos sobre sus perseguidores, a falta del Juventus – Lazio de esta noche. El fútbol va muy rápido y las situaciones se pueden revertir de un momento para otro, así que nunca se puede descifrar su futuro, pero en el Diego Armando Maradona tienen motivos para seguir soñando en grande.

 

Imagen principal vía: This is Anfield

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