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En Asturias México ya no es tan lindo

Real Sporting y Real Oviedo empezaron el año plagados de ilusión por el cambio de propiedad, 6 meses después el objetivo es la salvación

Real Sporting y Real Oviedo empezaron el año plagados de ilusión por el cambio de propiedad, 6 meses después el objetivo es la salvación.

Tras el fracaso del Grupo Carso en Oviedo y la agonía de la familia Fernández en Gijón, todo parecía haber cambiado, Grupo Pachuca y Grupo Orlegi llegaban pisando fuerte al Principado. Ambos prometían un gran proyecto de corto, medio y largo plazo. Actualmente no podemos hablar de los proyectos a medio y largo plazo, pero lo que está claro es que los resultados a corto plazo están siendo desastrosos. Sporting y Oviedo son los dos equipos que se encuentran justo por encima del descenso a 1ª RFEF, ambos con 36 puntos, viviendo una situación realmente preocupante.

Polos opuestos hasta en los problemas

Por todos es conocida la eterna rivalidad entre estos dos equipos que parecen querer llevarse la contraria hasta a la hora de tener problemas.

El Real Oviedo, tuvo un comienzo desastroso con Jon Pérez Bolo en el banquillo y tras la llegada de Cervera la situación parecía haberse estabilizado, pero resultó ser un espejismo. El entrenador cántabro tuvo una racha muy positiva cuando llegó al banquillo azul, cogió al equipo en descenso y, tras 8 partidos, estaban asentados en la mitad de la tabla.

Ese Oviedo funcionaba gracias a una defensa impecable que le permitía sumar puntos haciendo lo mínimo en ataque, puro estilo Cervera. Parecía una combinación perfecta, pero ese mecanismo se fue deteriorando y los fallos en ambas parcelas cada vez se acentúan más, especialmente en el ataque. El Real Oviedo no ha conseguido meter más de un gol en ningún partido de la presente temporada, un récord que les está lastrando.

La otra cara de la moneda es el Real Sporting. La mejor definición para este equipo es caos. El mejor ejemplo es su último partido en el que anotó 3 goles y no logró sumar ni un punto.

Los rojiblancos empezaron la temporada obteniendo más resultados que buen juego bajo las órdenes de Abelardo y estaban asentados en media tabla, cerca del play-off. Sin ningún motivo aparente, el equipo entró en una mala racha que explotó en Santander, cuando después de una actuación vergonzosa el Grupo Orlegi decidió fulminar a Abelardo. No sorprendió mucho en el momento porque ya se sabía que las relaciones no eran las mejores.

Tras la macha del “Pitu”, llegó a Gijón, Miguel Ángel Ramírez, un entrenador que nadie conocía y que actualmente parece superado por los acontecimientos. A diferencia del Oviedo, los gijoneses no muestra grandes dificultades para hacer goles, pero el problema, más que evidente, es en defensa. Una defensa que comenzó el año teniendo buenas actuaciones y que ahora comete fallos recurrentemente.

Brillan por su ausencia

A pesar de la falta de gol en Oviedo, Borja Bastón no puede salir señalado teniendo en cuenta que metió la mitad de los goles del equipo. Pero en Gijón, hay un claro señalado después de renovar en verano. Djuka lleva 3 goles en 1.800 minutos de liga y ya es prácticamente seguro que no volverá a jugar esta temporada debido a una lesión de rodilla. El delantero montenegrino sigue dejándose el alma en el campo, pero ha estado 5 meses sin meter un gol y no ha sido por falta de oportunidades.

Un problema de ambos son las decisiones de su dirección deportiva. El Oviedo ha realizado más de 8 fichajes y ninguno ha logrado destacar. Koba había empezado bien la temporada, pero varios problemas disciplinarios le han relegado al banquillo. Manu Vallejo tuvo un gran debut, parecía la clave para dar con la solución a los problemas de gol, pero está jugando la mayoría de los minutos y nada ha cambiado.

El Sporting tiene un problema bastante similar, quitando la vuelta de Cote y la cesión de Marsá, sus fichajes no funcionan. Otero había empezado dando buenas sensaciones, pero se ha ido apagando, un caso similar al de Cristo que ha acabado dando más polémicas que goles. Si a esto le sumamos que ha perdido a Gragera y a Mariño en el mercado invernal, te queda un despropósito organizativo en la dirección deportiva.

Otro problema que están sufriendo los dos es la portería. Está siendo más acentuado en el Sporting que en el Oviedo, pero no deja de ser un problema. Mariño no había comenzado bien la temporada y Cuéllar está dejando muestras evidentes de que la edad no perdona. El extremeño alterna fallos graves con grandes intervenciones, una mezcla que a fin de cuentas no es efectiva. En la capital del Principado también hubo un cambio de portero. Tomeu Nadal comenzó siendo titular, pero Braat fue ganando protagonismo hasta ser indiscutible para Cervera. El arquero francés comete muchos errores con los pies, especialmente sacando de puerta, y no está teniendo intervenciones importantes, cuando realmente hacen falta para sumar puntos.

Un futuro incierto con una pesadilla en el horizonte

La situación de ambos preocupa, sobre todo porque no parecen tener capacidad de reacción ante esta situación. Los últimos partidos tanto de unos como de otros están siendo una pesadilla para sus aficionados. Si el mal momento de forma fuese poco, los equipos asturianos tienen calendarios complicados, plagados de visitas a campos difíciles y partidos en casa contra rivales directos.

La tensión puede escalar si ambos llegan a la jornada 40 jugándose caer a puestos de descenso. Ese derbi en el Molinón puede ser el juicio final para uno de los dos, uno de esos partidos que los aficionados le recuerdan a sus rivales durante décadas.

Imagen principal vía: Photo by David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images

Por Pelayo Méndez Martínez

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