Una temporada inolvidable del Ajax.
“Y si todo empezara otra vez”, se sentencia en un mítico largometraje cubano. Quizás es lo que sentiría Johan Cruyff, si viviese y, pudiese ver a este Ajax que ya está en semis. Y sí, está en semifinales de la Champions League 2018-2019, un equipo que comenzó a jugar dicho certamen por el mes de julio en la segunda ronda de clasificación rumbo a la etapa de 32, lugar en el que se encontraban cómodamente los dos rivales que sufrieron en esta fase KO el baño del resurgido fútbol total.
WE
ARE
STILL
CREATING
HISTORY!❌❌❌⁰⁰#ForTheFuture #UCL #juvaja pic.twitter.com/lDxnk5XXG7
— AFC Ajax (@AFCAjax) April 16, 2019
Primero fue el Sturm Graz austriaco, luego el Standard Lieja belga y finalmente, en la etapa de Play Off, el Dínamo Kiev ucraniano. Si suman, acumulan seis partidos más en esta agotadora campaña europea, algo que no se ha notado en ningún momento, pues físicamente se muestran como si el curso recién iniciase. Desde ese entonces ya se comenzaban a escuchar los nombres de Schone, Ziyech, Tadic, Van de Beek, De Ligt, De Jong, Neres… una camada holandesa y extranjera plagada de juventud; mezclada con la siempre necesaria experiencia, la cual traía descaro y talento a borbotones, dispuestos a devolverle al histórico elenco cuatro veces campeón de Europa, el puesto perdido por más de dos décadas.
Erik Ten Hag perdía par de piezas importantes en su esquema, dos figuras que en lo ofensivo eran vitales para la finalización de las jugadas. El alemán Amin Younes (Nápoles) y Justin Kluivert (Roma), canterano que parece haber heredado las maneras de su padre en el rectángulo verde. Sin reproches ni búsqueda de justificaciones, el DT holandés comenzó a moldear un once titular, sin referencia fija arriba, entregado a la movilidad y al excelente entendimiento de Ziyech, Neres y Tadic. Con el uso ocasional de Huntelar, veterano pero aún muy útil, así como de la promesa danesa Kasper Dolberg, el ataque tulipán daba muestras de poder intimidar, aunque la clave sería concretar cada golpe sobre el rival de turno. A estos se adicionaron las labores de Schone, De Jong y Van de Beek en la medular, además del buen quehacer de la pareja De Ligt-Blind en la zaga, volviendo este último desde el Manchester United.
El AEK de Atenas griego era la primera víctima del aún agazapado Ajax, con un 3-0 final en la pizarra, gracias a un doblete de otro de los inamovibles, el lateral zurdo argentino Nicolás Tagliafico y el otro para el mentado Van de Beek. De esta forma se rompía el hielo después de años de ausencia en la máxima competición a nivel de clubes en el viejo continente. La declaración oficial de las intenciones de los dirigidos por Ten Hag se hicieron válidas en Alemania, un 1-1 frente al Bayern que invitaba a prestar atención al todavía obviado elenco tulipán. El joven Mazraoui igualaba la tempranera diana de Hummels, lo que ponía desde entonces muy viva las posibilidades de continuar en la competición más allá de diciembre.
Un punto de inflexión fue sin duda la victoria 1-0, nuevamente en casa, ante el equipo con el que debían disputar a priori la segunda plaza del grupo, el Benfica. El héroe volvió a apellidarse Mazraoui, al 90+2, desatando la locura en el Johan Cruyff Arena, lanzándoles a la anhelada clasificación. Esta se confirmó con el empate en Lisboa (1-1) y la victoria en Atenas (0-2), llevándose todo el protagonismo el serbio Tadic, quien vive una segunda juventud entre los imberbes rubios holandeses. Un cierre de llave para el recuerdo, con el 3-3 frente a los de Múnich, con 4 de los 6 goles después del minuto 80, siendo el de Tagliafico al 90+5 el final perfecto para una espectacular ronda eliminatoria del Ajax. Otra vez Dusan con un doblete se continuaba ganando el cariño de su nueva afición.
Tras la impaciente espera de dos largos meses y con el sabido rival, desde febrero este Ajax no ha parado de sorprender, de jugar más que bien al fútbol y de reafirmar, que el talento importa tanto como lo psicológico. Dicha tesis se hace palpable en sus remontadas en cancha de sus oponentes. Ah, y no cualquier césped, el Bernabéu y el Juventus Estadio. A Madrid fueron con desventaja de 1-2, pero con las mayores ganas de hacer justicia tras lo visto en la ida. Aparcaron la polémica Ramos y en el verde, donde se ganan los derechos, silenciaron el recinto del tricampeón y clavaron cuatro puñales en una ya herida alma blanca. Ziyech, Neres, Tadic y Schone, celebraron hasta más no poder, obligando al planeta fútbol a colocar los focos encima del Ajax, incluso al saber que el equipo bianconero sería el siguiente rival.
Tras un 1-1 en el que los holandeses volvieron a superar en toda regla a su contrario, la vuelta en Turín se antojaba compleja, si se miraba con la lupa de lo ocurrido con el Atlético. Nada de eso pareció asustar a los “niños” de Ten Hag, ni siquiera al irse por detrás en el marcador luego de otro brillante cabezazo de Cristiano Ronaldo. La mística del portugués no fue suficiente y por la misma vía, De Ligt enmudeció la grada. Los brazos de los aficionados locales se juntaban para rezarle a CR7, pero sus suspiros eran por cada intervención de Szczesny, quien evitó que el drama fuese peor. El Ajax no teme a nada ni a nadie, por lo que el próximo que se cruce en su camino pudiera estar a merced de una maquinaria que promueve lo colectivo, se alimenta de lo individual y con una presión constante, casi no deja respirar a sus contrarios. Hay en juego un triplete, como en aquel lejano 1972. De quedar en nada la temporada, en cuanto a títulos, algo no se podrá negar: El fútbol romántico no ha muerto. El tiempo dictará sentencia.
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