La lesión de Dembélé obliga a Valverde a alinear a Coutinho los próximos partidos. El extremo brasileño, que realizó un muy buen partido contra el Lyon, empieza a tener buenas apariciones tras una racha de partidos muy por debajo de su nivel.
UN FICHAJE ILUSIONANTE
La llegada de Coutinho supuso un desembolso muy grande en Can Barça. El brasileño dejaba 160 en las arcas del Liverpool y se convertía en el juador más caro de la historia del FCBarcelona. En su primer año el brasileño tenía el reto de ser el sustituto de Iniesta en el centro del campo, hito que pareció cumplir tras terminar la temporada con ocho goles y cinco asistencias. El fichaje del ‘carioca’ se presentaba como uno de los mejores de los últimos años.
No obstante, y por las vueltas que da el fútbol, en la presente temporada el brasileño arrancó algo tímido, sin su descaro habitual. Los encuentros avanzaban y la afición culé aún se preguntaba qué había sido de ese jugador que había maravillado en Anfield a toda la Premier League. Paralelamente, la figura de Dembélé, que había tenido la misma situación que la que está viviendo Coutinho ahora durante la pasada campaña, empezaba a ganarse el cariño del barcelonismo a base de actuaciones de mérito, como la jugada contra el Tottenham donde roba el balón en el medio campo, deja a dos rivales en el suelo y bate a Lloris.
EL FACTOR PSICOLÓGICO, SU MAYOR ENEMIGO
Esta situación no es nueva en Coutinho. Es bien sabido por aquellos que le conocen bien saben que el brasileño suele tener etapas de ansiedad. No todos los futbolistas saben gestionar tan bien la presión que supone jugar en la élite del deporte rey. El propio jugador ha reconocido que no está en su mejor momento, pero Valverde y el resto del staff técnico, así como el resto de jugadores de la plantilla, están encima de él para acompañarle en sus peores momentos. Coutinho reconoció hace poco en una entrevista que ha hablado con el míster y que afronta los próximos encuentros con muchas más ganas.
HAY SÍNTOMAS DE MEJORA
Su partido de ayer ante el Lyon dio esperanzas para pensar que el jugador se está recuperando. Su desempeño contrastó enormemente con otras jornadas, parecía que había vuelto la mejor versión de Coutinho. Generó peligro por la banda constantemente y su juego asociativo fue una de las claves de la victoria, especialmente con Luis Suárez, quién le regaló el segundo gol del partido. Fue sustituido por Dembélé, que también anotó, pero en la misma jugada del gol el francés se lesionó en el bíceps femoral. Se trata de una rotura según fuentes cercanas al club, lo que supone una recuperación más tardía.
Ante tal escenario, al brasileño le vienen ahora 3-4 semanas de titularidad tras titularidad. Lo que ayer comenzó debe perpetuarse hasta finales de temporada y no hay mejor ocasión que la que se le presenta en este preciso instante. Tiene el apoyo del entrenador y su sintonía con Messi y Suárez es estupenda. Lo tiene todo para mostrar la calidad que atesora.
De los próximos enfrentamientos del Barcelona destacan el derbi contra el Español y el partido de liga contra el Atlético de Madrid, sin duda la oportunidad perfecta para hacerse notar en una plantilla donde cada vez es más difícil labrarse un puesto.
Todos los focos apuntan a Coutinho.
