Artículo de opinión sobre la influencia del comunicador audiovisual Víctor Abad sobre el público hispanohablante hacia la Fórmula 1.
España pasó de enviar a figurantes extras a la parrilla de Fórmula 1 como pudieron ser Adrián Campos, Luis Pérez-Sala o Emilio de Villota a poner en escena a actores secundarios con actuaciones que invitaban a colarse en la fiesta ítalo-anglo-germana apta para un público selectivo como fue Pedro Martínez De la Rosa.
El catalán aterrizó en 1999 tras haber sido todo un busca vidas en Europa y, sobre todo en Japón. Aunque su papel como debutante en Arrows no fue excesivamente brillante, demostró que el talento en la Fórmula 1 no entiende de nacionalidades, ya que proviene de un país en el que más allá del Motociclismo, el Motorsport estaba enormemente eclipsado por el fútbol.
A pesar de la marcha de Pedro de Arrows y, posteriormente de Jaguar, los ojos comenzaron a fijar miradas en el talento salido de España, tal y cómo hizo Flavio Briatore con Fernando Alonso.
El asturiano se marcó un «vini, vidi et vinci» durante su primera etapa en Renault, permitiendo que muchos españoles pusieran a la Fórmula 1 como el deporte insignia. Sin embargo, el espíritu extremadamente nacionalista acechó cuando las audiencias fueron bajando considerablemente a medida que el tricampeonato para el español se le resistía.
Brillo en el peor año posible:
Finalmente, se tocó fondo en términos de audiencias y resultados en el año 2015. Fernando Alonso sufrió un año que supuso un desafío extremo a su paciencia y vocación de piloto por los innumerables sinsabores que sufrió con McLaren-Honda, llevándole a puntuar solamente en dos ocasiones, un décimo en Gran Bretaña y un quinto en el rocambolesco Gran Premio de Hungría.
No obstante, cabe destacar que aquel fue el año del debut de Carlos Sainz Jr en manos de la escudería Toro Rosso y el de Roberto Merhi en Manor.
Aunque había dos grandes promesas que brillaron en la edición de 2014 de la Fórmula Renault, las expectativas hacia ellos no eran excesivamente halagüeñas.
Para empezar, Roberto pilotaba en un equipo que rodaba en la nada, cuya permanencia dependía del capital y no del talento que Merhi demostró haber tenido de sobra.
Por otra parte, Carlos Sainz no tenía el impacto de Fernando, incluso sufría infravaloraciones por ser hijo de y al encontrarse en frente de un poderoso Max Verstappen que le batió en pista, no por talento, pero sí por los problemas sufridos.
Mientras tanto, solamente había dos aspirantes al título que eran los pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, con bólidos más lentos que los de antaño y una desigualdad pronunciada en la parrilla.
Llevo toda una vida soñando con este momento. Y el sueño se hizo realidad.
Con el mayor orgullo que he sentido en mi vida os puedo contar que desde este mes formo parte del departamento digital de la Fórmula 1. Trabajaré para este equipo en esta temporada 2021. pic.twitter.com/kx9Dmh8Syd
— Víctor Abad (@victorabadf1) January 21, 2021
La sangre adolescente excesivamente madura
En ese contexto, apareció una persona que reavivó la pasión hacia este deporte que estaba totalmente alejada de los focos mediáticos de la Fórmula 1, Víctor Abad o, en su defecto, Efeuno.
Teniendo únicamente 16 años en aquella temporada, un portátil, el Sony Vegas para editar, una gran pasión y una amplia sonrisa consiguió a transmitir su amor hacia este deporte en forma de resúmenes, historias, sonoras dosis de humor y, por supuesto, incluyendo un pedazo de su «yo» personal a través de este maravilloso deporte.
No solamente realizó un video conmemorativo hacia la memoria de Jules Bianchi y un documental llamado «España en la Fórmula 1«, también ha tenido la oportunidad de ir acreditado a eventos de Fórmula 1, WEC, Fórmula 3 Europea, Fórmula E, Fórmula 4 Española y WRC, ha creado su propia web llamada Efe.uno con el apoyo de algunos de las jóvenes promesas del periodismo del Motorsport en España, comenzó en 2019 a vivir de «hablar de la Fórmula 1» y su culmen llegó a principios de este año con su incorporación al ámbito audiovisual dentro de la propia Fórmula 1.
Genio por abrazar a la sencillez
Se trata de una escala meteórica conseguida a velocidad de relámpago a la temprana edad de 21 años de edad, demostrando que la Comunicación tiene futuro y si trabajas de forma intensa, eficiente y apasionada, la recompensa puede llegar más tarde que pronto.
Pero independientemente de sus logros personales, su huella ha sido vital para reavivar el interés de la afición hacia esta competición, ya que se convirtió en uno de los pioneros españoles en aplicar un principio básico de todo comunicador, mostrar imparcialidad a la hora de narrar unos hechos, sin olvidar la importancia de darle importancia a la labor de los 20 pilotos emergentes.
Es cierto que Víctor ha puesto en escena los valores básicos de un comunicador y ha llevado a cabo los pasos naturales hasta conseguir un gran propósito que permita dotar tu vida de pleno sentido.
Pero su pasión a la hora de narrar y editar han surgido su efecto porque su mensaje ha calado para que brote una nueva generación de personas enamoradas de la Fórmula 1.
Fuente de la imagen: @victorabadf1.
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