DERBI CAPITAL. Esos partidos que ambos equipos marcan en rojo en el calendario. Esos partidos que son más que 3 puntos. Esos partidos que sirven como objeto de mofa entre vecinos madrileños. Hoy teníamos la suerte de cerrar el fin de semana con un partido de los que marca tendencias en la temporada. Primera gran prueba para ambos. El Real Madrid venia supuestamente como favorito al no conocer más que la victoria esta temporada pero con un último partido ante el Union Berlin que dejó dudas. El Atlético venía cuestionado por dos tropiezos consecutivos pero sabia de buena mano que en su campo, arropado por los suyos, iba a defender con honor el escudo.
El Atletico salto al campo con su 5-3-2. Oblak en portería. Defensa de 5 para Lino, Hermoso, Giménez, Savic y Molina. La medular fue para Saul, Koke y Llorente. Hispanidad para Luis de la Fuente. Griezmann y Morata como puntas de lanza.
Ancelotti decidió hacer otra de sus famosas probaturas en partido importante. Salió con un 4-3-2-1. Modo pirámide. Defensa de 4 para Fran, Alaba, Rüdiger y Lucas. Trivote para Camavinga en el centro escoltado por Kroos a la izquierda y Valverde por la derecha. Los dos mediapuntas fueron Bellingham y Modric. En punta un solitario Rodrygo. Da la sensanción de que no se atrevió a sentar a Kroos y Modric con la facilidad que lo hizo en otros partidos de liga.
La primera acción reseñable fue en el borde del área rojiblanca en la que Bellingham cae al suelo tras una clara falta. Alberola Rojas no pitó al entender que había ley de la ventaja. Tras esa cuestionable decisión, Lino centraba desde la izquierda un centro medido a la cabeza de Morata para que, frente a la pasividad de los once madridistas, rematase al ganarle la posición a Alaba. Muy floja la defensa del Madrid y muy incisivo el Atlético en ataque. Llamativa permisividad de Valverde para permitir el centro y llamativa la permisividad de Alaba para dejar al 9 de España solo. No tuvo reparo a la hora de celebrar frente a su exequipo. Se siente colchonero el madrileño.
Las transiciones ofensivas efectivas del Atlético siguieron produciéndose a un ritmo que humillaba el planteamiento del técnico italiano. Tampoco todo es culpa de Carlo, los jugadores blancos salieron al césped con una más que cuestionable actitud. De hecho, en el minuto 9, el Atlético remato una primera, segunda y tercera jugada en el área del Real. Faltó muy poco para mover el marcador. Gran diferencia de mentalidad entre rojiblancos y merengues.
El planteamiento madridista fue malo ofensivamente y pésimo defensivamente. Ni Kroos ni Valverde llegaron a una cobertura que ayudase a sus laterales, los cuales se vieron muy, pero que muy superados por la situación. Amén de las pocas ayudas que recibieron. Por otro lado, la movilidad de los de arriba acababa en situaciones ilógicas. De hecho, tuvimos varios minutos en los que el 9 era Modric. Recuerdos del Vietnam de aquel clásico en el que Ancelotti volvió a hacer probaturas. Tampoco se consiguió desborde por parte de los laterales para llegar a línea de fondo. Por incapacidad y planteamiento.
Para el 18, tras otra internada en banda, esta vez es Saúl, que entra sin oposición al no recibir Lucas ni media cobertura, quien consigue poner un centro templado a la cabeza de Griezmann para que mandase, con la testa, el balón al ángulo inferior izquierda. Imparable.
Pese al baño estaba metiendo el conjunto colchonero, Carlo no movió nada. Fran Garcia y Lucas se colocaban a la altura, en muchas ocasiones, de Kroos y Valverde. El desborde pasaba por algún que otro destellazo mientras el Atletico seguía haciendo del derbi un entrenamiento.
En el minuto 30, Kepa tuvo que hace un paradón para evitar el segundo cuando Saúl remataba, solo, de nuevo, solo, en el punto de penalti. Acarició el 3-0 en el minuto 30. La desesperación era palpable en las caras del cuerpo tecnico madridista.
Al poco caía Rodrygo en el área tras una gran jugada solitaria. Sin riesgo de ser penalti, aunque, por impotencia, los blancos la reclamaron con vehemencia.
Pese a que el Madrid no estaba haciendo ningún mérito para marcar, en el 34 celebró un absoluto golazo del veterano Kroos que, tras recibir un rechace en la frontal del área. Controló con el pecho, amagó con la izquierda y la mandó al fondo de la red con un derechazo. Los héroes sin capa aparecen cuando todo está peor. Alivio para los madridistas tras una primera parte que rozó el ridículo, solo le salvó el marcador, pese a ir perdiendo.
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El gol sentó realmente mal a los de Simeone que perdieron el control del encuentro hasta el final de la primera parte. Algún que otro córner amenazó la portería de Oblak. Las polémicas vinieron en los minutos finales ya que Alberola Rojas anuló por fuera de juego un gol más que legal. Alegó que Rüdiger estaba en offside y, efectivamente, lo estaba. Quién no lo estaba era Alaba, jugador que remató al poste y cuyo rechace fue a parar a las botas de Camavinga para marcar a placer. El balón pasó lejos del aleman, bastante lejos. Polémica más que servida. Motivos para quejarse. Incompresión y malestar por parte de los damnificados
Al poco llegó la segunda gran polémica ya que Rodry se iba en un balón al hueco, solo tenía que rebasar a Giménez para encarar solo el área colchonera. El uruguayo se lanzó al suelo y dejó una dura entrada para el historial de los derbis. El colegiado dirimió con amarilla. Sí hubiese enseñado el cartón rojo, no podríamos hablar de escándalo. Sería igual de polémico que la amarilla. No es una acción clara de blanco o negro, pero seguramente más de un fan merengue puso el grito en el cielo. Otra vez, con razón.
Ocasiones tibias por ambos lados dieron paso al pitido final de la primera parte que se puede calificar de apasionante. El Atlético comenzó el derbi dominando como hacía mucho que no se veía a los del Cholo dominar. Mucho más intensos, más expeditivos, más lógicos, más incisivos… El esquema de Carlo volvió a dejarle en evidencia. Sólo Kroos salvó la tragedia en esa acción aislada. Simeone le ganó la partida a Carlo. Podríamos hablar de humillación tranquilamente.
El descanso vino con la sorpresa de cambios en la alineación en ambos clubes. Joselu por Modric y Witsel por Koke. Al minuto del comienzo Morata volvía a enloquecer al marcar, de nuevo solo en el área de cabeza, otro gran centro de Saúl. Constantes “Déjà vu” en el Metropolitano. Las marcas en el área madridista son propias de alevines desganados. Simeone sacó pecho con la afición para enardecer a un público que estaba viviendo un sueño después de la decepción europea.
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La buena dinámica de la primera parte se vio eclipsada por un Atlético que tenía más ganas de gustar a su afición que su rival. Ancelotti mandó a calentar a Mendy, Tchouameni y Nacho. Curiosos cambios cuando vas perdiendo 3-1.
Tuvo la suya Hermoso al mandar otro testarazo al larguero en un corner. Dantesca la tibiedad del Madrid en área. Un Carletto desesperado realizó triple cambio en el 55 (Raro, muy raro en él). Fueron los 3 mencionados anteriormente los elegidos.
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Creo, sinceramente, que no se atrevería a meter tres defensas en el Bernabeu perdiendo 3-1. Sonora pitada se llevaría. Me atrevería a mencionar una pañolada de un estadio que tiende a muy exigente y que seguramente criticará en redes al italiano.
Entró Nacho por Lucas, Mendy por Fran y Tchouameni por Camavinga. No cambia a absolutamente nada en un planteamiento que seguía siendo insuficiente. Creo que mucha gente coincidirá conmigo cuando digo que prefiero un centro colgado de Lucas Vázquez que de Nacho. Aunque, por otro lado, ninguno de ellos está a nivel top 20 laterales en zona ofensiva.
Faltó muy poco para que el Madrid recortase distancias en el 63. Un centro al área es bajado con gusto por Joselu, quien se lo deja a Rodrygo. Este empala el balón con la mala fortuna de golpear en el muro colchonero. Al rechace, Tchouameni probó suerte desde la distancia quedándose muy cerca del palo. Se animó el Madrid con un nombre propio. Aurelien Tchouameni. Se hizo amo y señor del centro del campo. Puso muy en evidencia a su técnico que optó por banquillazo en pro de Kroos y Modric, jugadores muy señalados en las derrotas ante los grandes.
El equipo rojiblanco no se rindió ni mucho menos, aunque sí se vio más dominado que anteriormente, lo cual entra dentro de la lógica. No me quiero imaginar que resultado veríamos si hubiesen dominado todo el partido como en los primeros 20.
Otra vez volvió a ser el tiro lejano una opción para el Madrid. En el 69 fue el defensa alemán Antonio quién decidió probar fortuna. Fíjense en la desesperación del técnico italiano que metió a Brahim en el 70. Nunca había gozado de tantos minutos seguidos.
Tiros y tiros desde la media distancia fueron la única solución que manejaban los merengues. Signo de impotencia ante una buena defensa del Atlético. Aun así, el partido seguía volcado en su área.
Poco a poco el Madrid se fue deshinchando. El más voluntarioso fue un solitario Brahim que tiró de rabia para intentar centros. El resto del equipo estaba lejos de su actitud aunque seguían jugando en campo contrario. El Atletico parecía cómodo con la situación. Por supuesto que puedes darle el balón al rival y controlar el partido. Aquí tuvimos un claro ejemplo de un Atlético que hizo gala de inteligencia en el verde.
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Un disparo lejano de Memphis fue la ocasión mas clara en los últimos 10 minutos. La tercera polémica fue una durísima entrada en el 94 por parte de Jude Bellingham. Innecesaria. Fruto de la impotencia del partido. Alberola sentenció con amarilla. Se calentó muchísimo el ambiente entre ambos equipos. Probablemente el colegiado se equivocó. Una tarjeta roja hubiese estado más que justificada.
Y con esto terminaba el derbi de septiembre. Con una afición volcada en sus jugadores, los cuales se ganaron el derecho a festejar el homenaje que les brindó el estadio. El Real Madrid cae por primera vez en la temporada en un partido en el que fue tremendamente inferior a sus vecinos. La tibiedad en defensa, la no entrada de Tchouameni y el «invento» de Ancelotti serán los temas más tratados en redes sociales. Así como el acierto del Atlético en campo rival. Partido para la historia en el Civitas Metropolitano.
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