Salvador Dalí acercó el arte al fútbol y, además, fue portero federado, fiel seguidor de la UE Figueres y del FC Barcelona
Fútbol y arte. Arte y fútbol. Dos mundos tan opuestos y, a la vez, tan similares. Tan distantes y, a la vez, con tantas cosas en común.
Días atrás, en VIP Deportivo, Federico García Lorca protagonizó una de las historias que evidencian esta involuntaria -y romántica- conexión. En las siguientes líneas, otro de los genios artísticos del pasado siglo pone de manifiesto que el balompié tuvo una relevancia significativa en la vida de los genios del pincel y de la pluma. Salvador Dalí, pintor, guardameta, seguidor de la UE Figueres y el FC Barcelona, colega de futbolistas y casi Mesías del Sant Andreu.
Lo mismo te pintaba uno de los cuadros más sublimes del surrealismo que te hacía una espectacular atajada por la escuadra. Así es, Salvador Dalí, uno de los pintores más carismáticos e importantes de la cultura española, también fue futbolero. Y futbolista.
Nacido en Figueres, no tardaría en aficionarse al club de su localidad, la UE Figueres, fundada en 1919. Tras la fundación, el club desarrolló su actividad deportiva en unas instalaciones deportivas ubicadas justo detrás de la escuela donde el joven Dalí de 15 años estudiaba, el Institut de Segona Ensenyança de Figueres.
Por si fuera poco, en la temporada 1921-22, dos de sus mejores amigos, Joan Maria Torres y Jaume Miravitlles, integraron el primer equipo de la UE Figueres. Ahí terminó de certificarse su pasión futbolera. Años más tarde, además, ya en las postrimerías de su vida, Salvador Dalí contrató a Enrique Sabaté, exfutbolista y convocado alguna vez con la selección catalana, como jefe de seguridad de su mansión
Durante las pachangas en la escuela y en el parque, el pintor empezó siendo mediocentro. No tardaría en darse cuenta de que su físico y su velocidad no eran las adecuadas para comandar un equipo desde el centro del campo, así que decidió probar de portero. Le fue tan bien que, años más tarde, en su época de juvenil, fue titular en Los Maristas de Figueres.
Superada su adolescencia, también compartió amistad y muchas horas de fútbol con Emili Sagi Liñán y Josep Samitier, quienes terminaron siendo futbolistas profesionales y campeones en más de una ocasión con el FC Barcelona. Esto, por supuesto, acercó las posturas emocionales de Salvador Dalí con el club azulgrana, con quien simpatizó pese a su evidente preferencia por la UE Figueres.
Para más inri, José Antonio Martín Otín Petón, en su libro “El fútbol tiene música”, dejó impresas unas líneas repletas de incertidumbre:
“Quien fuera jefe de prensa del Atlético de Madrid, Antonio Olano, defiende que el flacucho que jugaba de portero con Sagi, Piera y Samitier era el único cancerbero español que podía haberle disputado el reinado de las porterías a Ricardo Zamora”.
Ese flacucho es Salvador Dalí. Y Ricardo Zamora no requiere presentación más que la de, probablemente, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol español. ¿Cómo hubiese cambiado el desarrollo de la historia de las porterías en España si Dalí hubiese ejercido de futbolista profesional?
El pintor del norte de Catalunya, sin embargo, se decantó por la pintura. El fútbol, para él, no fue más que una pasión, un pasatiempo y un compañero de vida, pero jamás un objetivo profesional.
Aun así, dejó para la historia tres colaboraciones con clubes de fútbol catalanes. Las directivas decidieron recurrir al arte y lo hicieron partícipe del día a día futbolero. Por ejemplo, los dos clubes por los que Dalí simpatizaba, FC Barcelona y UE Figueres, requirieron de sus servicios. Los azulgranas, para conmemorar su 75º aniversario en 1974 y La Unió, para promocionar la inauguración de su nuevo estadio en 1986, tres años antes de su muerte. Éste último lo catalogó como Els Atletes Còsmics.
Además, en 1977 pintó el cuadro Gol a instancias de la UE Sant Andreu (antes CD San Andrés). Su economía pasaba por trámites devastadores y urgía una fuente de ingresos instantánea. Por ese motivo, Dalí pintó Gol y lo donó al club catalán.
Este preciso cuadro protagonizó años más tarde una historia de misterio que todavía no ha sido resuelta. La obra de Dalí desapareció de las oficinas del Sant Andreu y nadie sabe todavía cómo ni por qué. Algunos acusan a Joan Gaspart, ex presidente tanto de Sant Andreu como de FC Barcelona. Tampoco se ha descartado la teoría de que el cuadro fuese robado en alguno de los múltiples asaltos que han sufrido las instalaciones de los quadribarrats.
A mediados de octubre de1977, Salvador Dalí concedió una entrevista al Mundo Deportivo, que le dedicó la portada y las cuatro primeras páginas. El tema principal debía ser la historia de la donación del cuadro Gol al Sant Andreu. Sin embargo, el periodista Ricard Maxenchs consiguió tirarle de la lengua e intercambiar una serie de interesantes impresiones sobre fútbol.
Dalí reconoció que su ídolo fue Ricardo Zamora y que, de hecho, se compró una gorra, unos pantalones largos y unos guantes para parecerse a él. A la pregunta de “¿Cuáles son sus colores futbolísticos?” responde que “todos los de Catalunya”. A su vez, también reconoce que, pese a no conocer al CD San Andrés, uno de los motivos por los que aceptó prestar su ayuda fue por los colores de la senyera que el club lucía (y todavía luce) en su equipación.
Dejó otros titulares que bien podían aplicarse al fútbol actual. Como, por ejemplo, cuando expresó que “le arrancaría al fútbol todo lo que tenga que ver con política y le llevaría deporte”. También respondió con una rotunda negativa a la pregunta de si le gustaría presidir el FC Barcelona. Y, por último, reconoció que su pasión futbolera se había disipado en los últimos años y que no conocía a Johan Cruyff más que por fotos.
Una vez más, por tanto, la historia cultural demuestra que fútbol y arte, pese a sus evidentes discrepancias, pueden concordar en su esencia. Pregúntenle a Salvador Dalí.
Imagen principal vía: Kodro Magazine.
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