Tras la fatídica derrota en Son Moix que evitó el ascenso, el Deportivo de la Coruña ha tomado una serie de decisiones que, a día de hoy, están siendo cuestionadas.
El pesimismo inunda las calles de la ciudad de la Coruña tras ver como su equipo siembra dudas constates cada vez que pisa un terreno de juego. Después del decepcionante final del pasado curso, el deportivismo afrontaba la nueva temporada con ilusiones renovadas.
Las ganas de revertir la situación de afición y club se notaban por los aledaños del estadio de Riazor y por las redes. Aun así, el club parece no haber estado a la altura de las circunstancias, y es posible que esta temporada sea oscura para el equipo herculino.
Lo cierto es que, tras varios partidos de pretemporada, además de la disputa de las dos primeras jornadas ligueras; las sensaciones del equipo dejan mucho que desear, y se está empezando a cuestionar el trabajo de la dirección deportiva durante este verano.
EL PROCESO ELECTORAL HA DEJADO SECUELAS
Todo comenzó el pasado 6 de abril, cuando el Dépor caía estrepitosamente en Riazor ante el Rayo Majadahonda. La derrota por 0-2, con doblete de Aitor Ruibal, implicó la destitución de Natxo González. A la postre, la presión de la afición provocaría la renuncia del expresidente, Tino Fernández, a su cargo; y la posterior convocatoria de elecciones.
Un proceso electoral muy complicado, con rencillas entre accionistas y el anterior consejo; y que acabó con el nombramiento de Paco Zas como presidente del club. El apoyo de Tino Fernández a la candidatura ganadora, dejó también consecuencias negativas, puesto que el deportivismo está viviendo en estos últimos meses sus momentos de mayor división.
En realidad, el llegar a la final de los playoffs y tener opciones de conseguir el ascenso hasta el último minuto, no fue más que un espejismo que tapaba la realidad del Dépor.
EL NOMBRAMIENTO DE ANQUELA Y LOS NUEVOS FICHAJES
El quebradero de cabeza que ha sufrido la afición herculina este verano comenzó con el nombramiento de Juan Antonio Anquela como entrenador del primer equipo. La marcha de José Luís Martí, dadas las circunstancias, era de esperar; pero la gente ansiaba, por fin, un técnico para muchos años.
Teniendo en cuenta el historial del técnico jienense, que ha entrenado a diferentes equipos pero con estancias que no han superado las dos temporadas (a excepción de etapa en el Alcorcón); la idea de que cogiese las riendas del Dépor no convencía ni a los más optimistas del lugar.
Otro tema muy importante han sido los fichajes. Tras sufrir bajas de jugadores clave como Edu Expósito, Carlos Fernández, Fede Cartabia o Quique González; la dirección deportiva tenía mucho trabajo por hacer. Además de suplir dichas bajas, el objetivo era mejorar algunas posiciones que la temporada pasada mostraron más carencias como, por ejemplo, los laterales.
Refiriéndome a esto último, que el director deportivo del club, Carmelo del Pozo; salga en rueda de prensa a decir que los laterales no son posiciones prioritarias, provoca el desaliento de cualquiera. Y mucho más después de ver el partido de Luis Ruíz el pasado domingo en Huesca, o de pensar que Eneko Bóveda y Diego Caballo dan el nivel suficiente como para ser titulares en un equipo candidato al ascenso.
Todavía quedan algunos días de mercado estival y la situación se puede mejorar en cuanto a la confección de la plantilla pero, lo que está muy claro, es que el conjunto gallego no podía haber empezado peor.
Imagen principal: Deportivo de la Coruña.
Por: Pablo Figueiras.
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