Un Levante sin alma, se fue de El Sadar sin puntos. Mientras que Osasuna, que trabajó de una forma constante se llevó la recompensa.
Empezando por el final, Paco López decía en rueda de prensa que «Nosotros no sabemos ralentizar el partido, no lo hemos hecho y no es nuestra intención, pero hay que enfriar el partido cuando el rival se viene arriba». Está claro que no saben hacerlo, porque de saber hacerlo, hubiera sido más disimulado.
Parece que se vieron sobrepasados por la atmósfera que cubría El Sadar, pues no habla muy bien de su equipo cuando desde el primer minuto de juego hacían que los minutos corrieran en el marcador y necesitaran enfriar el partido tan temprano.
Comenzó el encuentro con un minuto de silencio para recordar a todos los ex jugadores, trabajadores o aficionados fallecidos en este último año.
Tan sentido fue el momento anteriormente citado, que el Levante se contagió de ese ambiente de solemnidad y en el día de ayer dio la imagen de un equipo sin alma.

Los granotas llegaron a Pamplona con la intención de verlas venir. Sin ninguna identidad e intención de jugar el partido se plantó el conjunto granota en el campo.
Su entrenador, como hemos descrito antes, no tenía ese planteamiento inicial, de hecho se sentía frustrado porque “El equipo ha sacado hoy ese gen competitivo y ha sido una pena no llevarnos al menos un punto por la forma de competir que ha tenido».
Si bien es cierto que el Levante dispuso de alguna que otra ocasión de gol, también es cierto que llegaron a cuenta gotas ya que el equipo se preocupó más por defender el resultado que de aumentar su renta. Como comentó Paco López, querían al menos haberse llevado un punto, y así lo intentaron manteniendo el 0-0 hasta el minuto 80.
Parecía que el guion les estaba yendo según lo previsto, pero un error de juveniles cometido por Campaña hacia que el Levante recibiera un gol de penalti. Nadie en el campo había visto dicha acción, por lo que el colegiado tuvo que recurrir al VAR, señalando así la pena máxima.

Esta acción condenó a los granotas a una muerte anunciada. Después de todo el partido interrumpiendo el juego de manera más que excesiva, que por otra parte se consintió por el colegiado, es muy difícil carburar tras 80 minutos en los que no has intervenido en el juego de manera muy activa.
El Levante intentó reaccionar el partido iba a terminar con un fantástico gol de Iñigo Pérez tras un algo entorpecido pase hacia atrás de Marc Cardona.
Osasuna se reencontraba con la victoria en El Sadar ante su afición tras más de dos meses sin hacerlo. Esta victoria son más que tres puntos, como dijo Jagoba al término del encuentro, “Para el estado anímico es importante después de que pase algo así con tu jugador franquicia”.

Y es que la peor de las noticias la hemos conocido hoy.
Chimy Ávila se perderá lo que resta de temporada y llegará muy justo a comenzar la siguiente. Ayer se lesionaba en el minuto 55 y era retirado en camilla con un gesto más dolorido de lo que nos tiene acostumbrados este jugador.
Hoy sabemos qué se trata de una de las peores lesiones que existen en el fútbol. El club ha sido el encargado de dar la noticia: “rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda sin afectación meniscal ni de otras estructuras ligamentosas”.
Un jugador muy importante y que estaba en muchas agendas. Veremos de qué forma actúa el Club Atlético Osasuna contractualmente, ya que nos tiene acostumbrados a mimar al jugador que se lesiona de gravedad con la elástica rojilla
La liga pierde a uno de los jugadores revelación de la temporada y desde el medio deseamos una pronta y satisfactoria recuperación al “Comandante Ávila”. Aguante Chimy.
Imagen principal vía: Diario de Noticias de Navarra (Javier Bergasa).
Por: AnalíticOsasuna.
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