Monchi es el mejor director deportivo del fútbol español y de la Liga porque tiene un ojo capaz de encontrar agua en el desierto.
La mejor virtud de un director deportivo es tener un buen ojo. Existen ojos muy buenos y ojos no tan buenos, ojos que necesitan varios partidos para determinar que ese futbolista es valido y ojos que solo necesitan cuatro acciones del jugador a seguir. Todo es valido si finalmente se ficha lo que el club necesita. Pero claro, repito de nuevo, hay ojos muy buenos y otros que, por experiencia y/o capacidades, no son tan efectivos.
Como en el campo, en los despachos no gana quien intuye sino quien toma la mejor decisión cuatro segundos antes que el rival. Cada director deportivo sabe lo que necesita el equipo, pues es él quien (debería) define el estilo de juego firmando a un entrenador y jugadores determinados, y del dinero que dispone para fichar. El director deportivo que quiere ser el mejor no debe buscar de la misma manera y en los mismos sitios que los otros, pues va a encontrar lo mismo que el resto.
En mi opinión, Monchi es el mejor director deportivo del fútbol español. Y no porque tenga a los mejores scouters y un montón de datos y contactos, sino porque tiene un ojo capaz de encontrar agua en el desierto. Porque sabe cómo es el jugador que necesita incluso antes de empezar a buscarlo. Porque tiene claro como debe ser su defensa central, su mediocentro y su delantero. Y porque primero define el prototipo del jugador, y luego ya ve cómo se llama.
Monchi no triunfa por fichar en la liga o fútbol de moda, sino por apostar por futbolistas con poco nombre pero que encajan en esas características que debe tener cada futbolista según el puesto y la función que debe cumplir en el equipo. A Dani Alves lo ficho por 800.000 euros en un Sudamericano Sub-20, cuando a este torneo no asistían tantos scouters europeos, y después lo vendió al Barcelona por 42 millones de euros. Esta temporada firmo a Diego Carlos, Koundé, Fernando y Ocampos de equipos y ligas de segundo orden, y ahora son los mejores jugadores para el Sevilla y de La Liga. Encontrar oro en medio del desierto.
Cuando escuchamos Sevilla, no solo pensamos en el Betis, sino también en el Valencia, rival todas las temporadas en la pelea por el 4º puesto. Y vemos que el Valencia sólo ha triunfado cuando ha tenido un buen ojo en la dirección deportiva, cuando existía un proyecto y una metodología de trabajo y no se trabajaba por intuición, cuando director deportivo y entrenador trabajaban de la mano, cuando simplemente había y dejaban trabajar a un director deportivo capacitado y experimentado.
El Valencia triunfó cuando Mateu Alemany definía el estilo de juego del equipo. Ese Valencia ganaba en los despachos porque cuando Alemany coincidía con Marcelino en un jugador, lo firmaban. Ya eran dos para defenderlo y no solo uno. Ahora, en el Valencia el director deportivo se llama Peter Lim. El entrenador está apartado del proceso, y Lim, que no tiene ojo para el fútbol, va a fichar a donde ficha todo el mundo. Existe la moda de los centrales jóvenes franceses, pues Lim ficha a Diakhaby por 15 millones de euros. Siempre ha habido ojos buenos y ojos no tan buenos.
Imagen vía: Sevilla FC
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