Reportaje sobre el impacto de la ex jugadora brasileña en el fútbol femenino.
La era de la globalización está haciendo incrementar los efectos del capitalismo en el fútbol. No solamente hay países con escasa tradición balompédica como China o Catar que están invirtiendo grandes cantidades en el mismo, también estamos percibiendo como el fútbol está empezando a no entender de género. Afortunadamente, las mujeres están teniendo más voz en el planeta fútbol.
Sin ir más lejos, el Mundial femenino de Francia 2019 recibió un gran impacto mediático al presenciar el aumento de selecciones candidatas a las medallas debido a la evolución de las mujeres en el fútbol. Además, el claro dominador, Estados Unidos, percibió como su aplastante dominio era debatido por selecciones emergentes, entre ellas España que comenzó a mostrar una mayor viabilidad de su fútbol de toque y posición.
Pioneras que dan bofetones de realidad
Jugadoras como Sandra Paños, Mapi León, Virginia Torrecilla, Amanda Sampedro, Aitana Bonmatí, Verónica Boquete o Jennifer Hermoso, entre otras, han hecho posible el aumento de la visualización de la Liga Iberdrola. Con el permiso de Conchi Amancio, una de las pioneras del fútbol femenino en España, Melisa Domingues fue la primera muestra de realidad del fútbol femenino en España.
El talento de la brasileña nacida en 1979 quedó fuera de toda duda allá por 1997. Fue el año en el que estuvo nueve horas y seis minutos dándole toques a un balón (55.197), lo que le valió entrar en el libro de los récords guiness. El hecho de haber contraído matrimonio con uno de los jugadores más emblemáticos del fútbol, Ronaldo Nazario y su talento le llevaron a recibir el apodo de «Ronaldinha».
¿Milene… o la mujer de…?
Aunque este apodo deje entrever que su calidad está a la altura de grandes malabaristas del fútbol como Ronaldinho, Romario, Rivaldo o el propio Romario, Milene, tras haber participado en un desfile de ropa interior femenino, consideró el nombre de Ronaldinha un poco feo». Esa declaración la dio en 2004, pero más incendiarias fueron las que lanzó allá por septiembre de 2002 tras haber sido presentada como jugadora del Rayo Vallecano. Para ser exactos, dijo: «No soy Ronaldinha, Llámenme Milene o Mika. A la mujer de Zidane no la llaman Zidana».
A pesar de sus continuos avisos de que ella merece llamarse por su nombre porque su talento no merece punto de comparación nadie en términos de marketing, la propia publicidad le permitió escribir parte de su trayectoria deportiva en España. Aunque consiguió recalar en las filas del Rayo Vallecano, no podía jugar ningún partido oficial con la entidad rayista porque la legislación deportiva española impedía la participación de extranjeras.
Publicidad para compensar el peso burocrático
Ante este contratiempo, solamente competía en partidos amistosos, por lo que entrenaba a lo largo de la semana con las franjirrojas, mientras que actuaba como imagen de marca del principal patrocinador del equipo, la empresa alimentaria Dhul. El club pagó la cantidad de 36.000 euros junto a otros 216.000 en concepto de derechos de imagen.
Durante aquel año, entrenaba entre semana con el Rayo, mientras que jugaba partidos oficiales con el Fiammamonza italiano durante los fines de semana. Esta alta carga de trabajo junto a su labor como imagen de marca publicitaria de Dhul y cómo modelo. A finales de 2004, jugó en el Torrejón en la Superliga, actual Primera Iberdrola.
Sin embargo, invertir una gran cantidad de tiempo en cuidar a su hijo Ronald tras haberse separado de Ronaldo suponía menos tiempo le suponía buscar un club en el que la exigencia fuera menor y los viajes fueran menos cansados. Para ello, apostó por fichar por el C.F Pozuelo femenino de segunda división. Al fin y al cabo, la mayoría de los partidos se jugarían en la misma Comunidad de Madrid.
Lesiones y maternidad
Llegó a ascender a la Superliga con las pozueleras, pero su sueño de seguir triunfando en el fútbol se truncó en 2009 cuando Milene quiso que su rodilla maltrecha dejase de sufrir en los terrenos de juego. A pesar de haber terminado su carrera deportiva a los 30 años, su impronta siguió latiendo en el plano mediático. Además de haber participado en concursos como !Mira quién baila! o El primero de la clase, ha colaborado con medios de comunicación como La Razón o Telemadrid y, actualmente es embajadora del Corinthians femenino.
Si observamos su currículum podemos ver que ostentaba un futuro prometedor en 2002 cuando aterrizó en el Rayo Vallecano, pero acabó sufriendo los estragos de la falta de apoyo del fútbol femenino a principios de siglo. Cabe recordar que llegó apoyada por estar casada con una estrella del calibre de Ronaldo. Cuando se separaron, percibió la existencia de recursos que le permitiera compatibilizar la maternidad con trayectoria deportiva, circunstancia que le llevó a acortar en mayor medida su carrera deportiva.
Descafeinada a diferencia de su generación
Tenía talento para haber dado más de sí su carrera deportiva. Es necesario recordar que su condición física le llevó a jugar la Copa del Mundo del año 2003. Su selección, Brasil, cayó en cuartos de final y compitió con y contra jugadores que alargaron en gran medida sus carreras deportivas y un potencial similar al suyo. La germana Birgit Prinz apuró su carrera hasta los 34 años, su compatriota Kátia la alargó hasta los 37 y la alemana Sandra Minner finalizó su etapa a los 35.
De este modo, quedó demostrado como la burbuja del marketing puede jugar en tu contra si las circunstancias no juegan a tu favor. Desafortunadamente, mucha gente antepone la imagen que la realidad, distorsionándola para bien o para mal. Porque el talento de Domingues existía, al igual que la falta de apoyos a nivel deportivo y personal en el deseo de disfrutar a nivel profesional y personal. Esperemos que su historia sirva de inspiración para que el deporte mejore en términos de igualdad.
Imagen Principal: @mileneoficial
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