
El base estadounidense regresa a la NBA para embarcarse en el proyecto de un favorito al título. Los problemas con Itoudis acabaron forzando la salida del jugador.
Tras sumar un nuevo capítulo a su polémico historial, era evidente que el futuro de Mike James se alejaba de Moscú. Los problemas entre entrenador y jugador venían de lejos, por lo que el detonante final fue la acalorada discusión entre ambos a finales de marzo en pleno partido.
La salida de James era un secreto a voces, tal y como había confirmado el propio presidente del club moscovita. Sin embargo, existían dudas sobre cuál sería el destino del base, uno de los mayores talentos del continente. A pesar de los rumores acerca de su llegada a otro grande de Europa, el base finalmente recalará en la NBA. Además, lo hará en uno de los máximos aspirantes al título: Brooklyn Nets.
Segunda aventura en la mejor liga del mundo
La competición no resulta desconocida para el jugador, pues disputó allí la temporada 2017/18. Durante esa campaña, el base militó en las filas de Phoenix Suns, ofreciendo un buen rendimiento antes de recalar en los Pelicans. En la franquicia de Louisiana tan solo participó en cuatro encuentros antes de ser cortado y regresar a Europa. Desde el año 2018, James ha vestido los colores de Panathinaikos, Olimpia Milán y, finalmente, CSKA de Moscú.
Con su llegada, Brooklyn completa el último puesto de su roster, liberado recientemente por la retirada de LaMarcus Aldridge. Los continuos problemas físicos de Kyrie Irving y la ausencia de un reemplazo de garantías han obligado a la franquicia a buscar a otro director de juego.
Con sus 19,3 puntos y 5,7 asistencias por partido, los moscovitas pierden a una pieza clave en su lucha por la Euroliga, mientras que los neoyorquinos suman un interesante refuerzo para consolidar sus opciones por el anillo.
Imagen principal vía: Gigantes del Basket.
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