Cultura

Martin Scorsese, otra brillante historia de la mafia

El director vuelve a ofrecernos una nueva obra maestra, uniendo el crimen con los valores humanos.

Martin Scorsese lo ha vuelto a hacer. El director más reconocido en películas sobre la Mafia vuelve a deleitarnos con un film que evoca a otros muy reconocidos, como «Uno de los nuestros» o «Casino». Se trata de «El irlandés«, estrenada el pasado viernes en cines. 

Basada en hechos reales, la película trata la historia de Frank Sheeran (Robert De Niro), un transportista que comienza a adentrarse en el mundo de la mafia hasta que acaba siendo uno de sus sicarios. Desde sus comienzos con Russell Bufalino (Joe Pesci) hasta su decadencia, narra, no solo su historia, sino también la crónica de uno de los misterios de Estados Unidos del siglo XX: la desaparición del sindicalista Jimmy Hoffa (Al Pacino). Es el propio Frank Sheeran el que, ya de anciano, comienza a desvelar los entresijos de la mafia y cómo se empieza a hacer un hueco en esta.

Su trama recuerda a otras películas anteriores del propio Scorsese e incluso se ha llegado a equiparar con obras como «El Padrino». Su recorrido pausado hace que se relacione menos con «Uno de los nuestros» que con la película de Coppola, a pesar de que tenga similitudes con ambas.

Scorsese logra una visión más realista y cruel de la vida de los mafiosos presentándonos a Frank Sheeran como lo que era, un asesino sin escrúpulos. Él mismo lo describe como «el ejército»: «Seguías órdenes. Hacías lo correcto. Te recompensaban». 

¿Excesivamente larga?

Con un metraje de tres horas y media, «El irlandés» consigue atraparte sin necesidad de acción trepidante. La tensión que se proyecta desde el film se ve reforzada con escenas hilarantes, una música envolvente y, sobre todo, un montaje extraordinario.

Las emociones contenidas del personaje principal pueden entenderse a través de esos cortes que hacen que la película llegue a ser brillante. Scorsese hace gala de sus habilidades como director con movimientos de cámara espectaculares, al igual que de sus grandes escenificaciones. 

A través de la frase «I heard you paint houses» («He escuchado que pintas casas»), el director resume toda la película. Esta frase, título del libro de Charles Brandt en el que se basa el film, se refiere a los «trabajos» en los que las paredes quedaban pintadas de la sangre de las víctimas. 

Al final, la película no solo cuenta la historia entre Frank Sheeran y la desaparición de Jimmy Hoffa, sino que aborda muchos temas de la mafia italiana. Las formas de poder que existían dentro de la organización, o sus entresijos ligados a la política le llevan a ser un largometraje mucho más complejo.

Scorsese incluso se atreve a dejar caer una de las teorías de la conspiración más consolidadas en la política estadounidense: que el asesinato de Kennedy a causa de la mafia. Por otra parte, muestra un lado mucho más humano que en otras películas, con una historia de amistad entre Sheeran y Hoffa que llega a conmover al público. 

Duelo de maestros

A pesar de todo lo dicho anteriormente, la película no sería lo que es sin las espectaculares actuaciones de sus protagonistas. El tour de force entre De Niro, Pacino y Pesci por ver quién se hace con la mejor interpretación caracteriza a una película ya de por sí sublime.

Las relaciones entre los tres personajes y sus formas de ser marcan el recorrido y el desenlace del film. La personalidad contenida del personaje de Robert De Niro se contrarresta con la efusividad del de Al Pacino, siendo Joe Pesci uno de los grandes descubrimientos tras sus violentos roles en los anteriores films de Scorsese. El juego de miradas entre los tres, acompañado por el montaje, hace que la tensión que proyecta se refuerce, llegando casi a desesperar al espectador.

Dejando a un lado a los personajes principales, no deberíamos olvidarnos de actores como Harvey Keitel, quien en pocos minutos consigue una de las mejores interpretaciones del film. También es digna de mención Anna Paquin, interpretando a Peggy, la hija de Frank Sheeran, que muestra tanto con sus silencios como Hoffa con su verborrea incontenible.

Problemas con la productora

Lo que realmente es una pena es que solo unos pocos elegidos tendrán la suerte de disfrutar de esta obra maestra en algunas salas escogidas durante dos semanas. Los problemas de Scorsese con otras productoras han llevado a que Netflix financie la película, lo que en contrapartida es una suerte ya que sin ésta el rodaje no se podría haber llevado a cabo.

Sin embargo, la apuesta de la productora por un largometraje así también revierte en que el director no tuvo ningún tipo de restricciones ni en metraje ni en presupuesto, ya que la película está pensada para ser vista en la propia plataforma con cortes. El estreno en cines independientes hace que se refuerce esta imagen de cine de autor, aunque eso pueda perjudicar la recaudación de esta.

En resumen, «El irlandés» es una película que habla del paso del tiempo y de unas relaciones entendidas en el ámbito más cruel de la palabra, en la que una amistad vale el tiempo que tu jefe te ordene que valga. 

 

Imagen principal vía: Netflix.com

Por: Natalia Aguilera

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