
Crítica literaria a un libro que asemeja el espíritu de superación de complejos de la sociedad y los deportistas españoles
La Edad de Oro del Deporte español se plantea como un horizonte idóneo para valorar el espíritu de la mente humana nacida en territorio rojigualdo. De este modo, cualquier persona puede detenerse a disfrutar de las batallitas de los Gasol, Carolina Marín, Alonso, Nadal, Márquez o las selecciones de fútbol y baloncesto, entre muchos otros, y aprender nociones de la vida básica.
Uno no debe sentirse culpable si está centrado en todos aquellos ídolos por ser tratado supuestamente como «un ignorante». Muchos no pasan de lo que ocurre en su entorno, simplemente encuentran un lugar en el que encontrar conocimientos para progresar como es debido. La misma sensación ofreció el contexto de la novela Un destino propio, escrita por María Montesinos.
La publicación de la escritora publicada bajo el sello de Penguin Random House en 2020 cuenta la Historia de una maestra llamada Micaela. Está ambientada en las últimas décadas del siglo XIX, justo cuando la Restauración y la apertura al libre mercado en España acechaban sin freno. A pesar de la modernización económica del país, el status quo de los caciques y la degradación de la mujer no querían perder su protagonismo.
Combate literario
Dicho contexto permite otorgar la medalla de héroe a quiénes luchaban contra su sino. Por un lado, Micaela deseaba como maestra y deseando trabajar por pura satisfacción personal y servicio social. Por otra parte, Héctor Balboa, se convirtió en un empresario de éxito empezando desde el terreno de la pobreza más absoluta en tierras cubanas, pero su capacidad de sufrir le permitió amansar una jugosa fortuna.
A pesar de sus convicciones liberales, la lucha contra los molinos de viento fue sin cuartel, pudiendo ponerse a la altura de grandes finales deportivas. En ese contexto, la pluma literaria de María Montesinos retrató a la perfección el combate. Los rivales eran las ideas chabacanas como seguir manteniendo las nociones caciques y tomar a la mujer como un mero adorno que merece ser manejado a conveniencia propia.
Buen argumento, mejor estructura
Precisamente esa tendencia fue la que retrató el brillo de la estructura de la novela, ya que tuvo la capacidad de ordenar los acontecimientos hasta el punto de crear un suspense que permitiría que el destino cogiera un rumbo no deseado por muchos lectores.
No fue fruto de la casualidad, ya que jugó con los tiempos de manera magistral. Esta tendencia se observó en los primeros episodios cuando se ganó la admiración del lector por su minuciosidad a la hora de describir Comillas y Madrid y realizar precisos relatos psicológicos de los personajes. La mayoría de ellos denotaron motivos de peso para protagonizar una verdadera lucha por la igualdad de género.
Imagen principal vía: @Mriamontesinos