Ensayo sobre la posible incorporación de la Comunidad de Madrid al Motorsport, tras quedar en el olvido el circuito del Jarama.
La crisis del coronavirus ha puesto en valor la importancia del ocio cultural y el deporte no ha pasado inadvertido.
Uno no valora lo que tiene hasta que «desaparece», y más cuando el Gran Premio de Australia de Fórmula 1 y el Gran Premio de Catar de MotoGP fueron los primeros eventos deportivos cancelados. Además, ambas competiciones fueron las últimas en iniciarse.
El Motorsport español en estado de gracia
Nunca es tarde si la dicha es buena, y vaya qué si lo fue. La caída de Marc Márquez en MotoGP dejó un ganador diferente por cada prueba, premiando sensiblemente la regularidad que acabó premiando el oficio y el tesón de Joan Mir.
Aunque la monotonía seguía acechando en la Fórmula 1 porque Hamilton y, para más inri, Mercedes dominaban con mano de hierro.
A pesar del monopolio de los de Brackey, las trepidantes luchas de la zona media entre Renault, McLaren, Racing Point, Ferrari y con Alpha Tauri o el Red Bull de Alexander Albon en numerosas ocasiones han dejado unas carreras llenas de emoción.
Italia, Turquía, Austria, Gran Bretaña o Baréin retrataron ante el mundo aquellos tópicos que consideran a la Fórmula 1 como un deporte aburrido.
Apostar por la Fórmula 1 en tiempos de crisis
De este modo, llena de satisfacción ver como cada vez existen más países sin enormes cantidades de desembolsos que pretenden apostar por la Fórmula 1.
Porque es muy fácil encontrarse países extremadamente liberales que apuesten por seguir expandiendo su imperio económico en un negocio tan factible como «el Gran Circo«. Pero más complicado es encontrar a un país en crisis como España quiera apostar por esta competición.
Para ser exactos, Valencia y Barcelona, con permiso de Jerez de la Frontera, son la cuna del motor, pero Madrid, capital española, no pretende quedarse atrás.
El Ayuntamiento de Morata de Tajuña ha anunciado su intención de albergar en el municipio un circuito de velocidad. Al fin y al cabo, el objetivo es recuperar el olor gasolina en la Comunidad de Madrid tras haber quedado en el olvido el mítico circuito del Jarama.
Buena localización…, pero aprendiendo de errores
Sin duda, esta noticia invita a la ilusión porque Madrid tiene una localización geográfica y unas vías de comunicación que conecta la mayor parte del territorio nacional.
No obstante, es necesario realizar un análisis exhaustivo sobre la viabilidad del proyecto a nivel económico y, sobre todo, si su construcción hace factible que los monoplazas puedan sacarle el máximo partido a su lienzo para hacer que España siga aumentando su galería de Arte en su temática de «Motor».
La Historia se convierte en el «Pepito Grillo» de las mentes ambiciosas para que la ambición quede refinada a través de la prudencia. La fórmula del recuerdo ayuda a este objetivo, ya que aunque solamente hayan pasado once años, el descalabrado proyecto del circuito urbano de Valencia es una herida cicatrizada.
«Obra de arte» vestida de seda que no quedó precisamente por pruebas planas de contenido a excepción de la orgásmica cita del año 2012.
De este modo, se pondrá en escena un cuerpo a cuerpo trepidante entre la capacidad de aprender por ensayo o error o el vicio del ser humano basado en caer en la misma piedra.
Gane quién gane, esperemos que el argumento victorioso desemboque en el bien común.
Fuente de la imagen: Ayuntamiento de Morata de Tajuña
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