Artículo de opinión sobre los factores a tener en cuenta sobre la futura relación entre Lewis Hamilton y Mercedes
Ganar relaja la mayoría de los órganos corporales de una persona, y Lewis Hamilton ha sido plenamente consciente de ello durante los últimos años. No solamente ha vencido sin despeinarse, también ha dado su mejor versión, llegando a derrotar sin escrúpulos a aquel Lewis excesivamente nervioso que erraba cuando la presión acechaba.
Pero la relajación contiene efectos secundarios y es imposible de evitar, incluso si haces como el propio británico que llegaba a poner a prueba la capacidad cardiaca del equipo Mercedes cuando asustaba diciendo que había problemas mecánicos de neumáticos totalmente ficticios para dar falsas emociones al espectador. Su renovación es otro punto con el que el campeón se divierte, pero tal y cómo ocurre con la fábula del lobo, la mentira ha acabado volviéndose realidad.
Hamilton no dejó de aplazar su renovación y el toro le ha pillado en 2021. Su contrato ha vencido y la sartén se ha desprendido de su mango para que el gigante Mercedes tenga mayor potestad sobre su futuro. La marca germana necesita ver luz para seguir brillando en este deporte tan competido y, para ello, tan importante es tu capacidad de trabajo como la viabilidad económica del proyecto. Si miramos el caso del vigente campeón, su masa salarial invade con mayor asiduidad los recursos del equipo a medida que su palmarés sigue engrandeciéndose.
Recesión y masa salarial no casan
Por tanto, las consecuencias pueden ser nefastas en una época de recesión que está azotando duramente en el Motorsport con marcas que dejan morir sus planes de expansión en Fórmula 1 y Fórmula E. Las medidas deben ser claras y una es revisar la duración del contrato de un Lewis Hamilton sensiblemente escéptico a que tenga una corta duración, ya que al igual que Fernando Alonso, siente que su edad es un mero número porque nota como la sangre de la velocidad sigue rodando por sus venas.
Mientras tanto, George Russell sigue dando muestras de su talento en una Williams que está reconstruyendo sus cenizas al son de su velocidad y desparpajo. Sin duda, es un diamante en bruto que no merece ser perdido, ya que por mucha velocidad que tenga Lewis, los años siempre acaban pesando, o si no que se lo pregunten a Valentino Rossi en Motociclismo. Este factor acaba conviviendo con la gran masa salarial, por lo que toca invocar a William Shakespeare y hacer la famosa pregunta que tantas veces se ha hecho la humanidad: ¿ser o no ser?
Ser nostálgico y amarrarse al pasado puede desinflar la gordura de las vacas bonachonas a largo plazo, pero ir poniendo freno al carácter arrollador de Hamilton otorga un elegante salvavidas para un equipo y piloto que no merecen ver manchada su leyenda. El tiempo fue, es y será el juez que responda a cuestiones de este calibre.
Fuente de la imagen: @MercedesAMGF1.
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