Cesare Prandelli ha sido destituido como entrenador de la Fiorentina dejando al equipo en una situación crítica que no es cosa solo del presente. La derrota frente al Milan ha terminado de empujar a esta decisión al entrenador italiano
Decimocuarta, con 29 puntos y 7 por encima del descenso. En esta situación deja a la Fiorentina, Cesare Prandelli, que dimitió de su cargo de entrenador en el día de ayer en una decisión tomada viendo el pozo sin fondo en el que se encuentra el equipo italiano.
La ‘viola‘ vaga sin un rumbo claro por la Serie A desde hace años, y ha llegado a un punto en el que no pelea con los demás equipos, si no consigo misma por mantenerse en una línea competitiva y sufrir lo menos posible. Bajo esta premisa, en la presente campaña no se terminan de librar de mirar hacia abajo de reojo más que hacia arriba en una constante irregularidad que les trae ‘de cabeza’.
Una crisis que no es de ahora
Pero como antes se ha mencionado previamente, este mal momento no es algo puntual. Con esta, es la tercera campaña en la que un equipo histórico (llegó ser subcampeón de Champions y Europa League) marcha por la Serie A con no sufrir como primordial objetivo. El punto más bajo fue el final de la temporada 2018-19, en el que el conjunto italiano acabó la temporada salvándose del descenso por 3 puntos. Aquella campaña la concluyó sin ganar ninguno de los últimos 14 partidos, solo pudiendo sacar un punto en 6 de ellos.
En los prolegómenos de la siguiente campaña salieron jugadores como Lafont, Vitor Hugo o Veretout. A la par, llegó veteranía de la mano de Kevin-Prince Boateng, Cáceres y la leyenda Franck Ribéry. Siguieron pesos pesados como Pezzella o jugadores jóvenes llamados a ser protagonistas como Dragowski, Castrovili o Federico Chiesa, el que debía ser la cara prometedora y visible de la Fiorentina.
También llegaron Dalbert o Pol Lirola para completar los carriles. Pero ni con esa combinación de ingredientes veteranos y jóvenes consiguió el equipo lucharle los puestos nobles a los pesos pesados de la liga. Acabó vagando prácticamente toda la temporada por mitad de tabla con la ‘mirada perdida’.
La presente campaña ya comenzaba mal para el equipo italiano, pues en verano Chiesa se marchaba a la Juve, dejando patente que ahora mismo, a cualquier jugador se le puede quedar pequeña la ‘fiore’, siendo este uno de los principales problemas del club.
La falta de un proyecto claro y estable que atraiga o retenga a buenos jugadores. A pesar de la mencionada marcha, se realizaron inversiones como la de 15 millones por Duncan, 11 por Kouamé (compra obligatoria tras cesión) o 6 por el prometedor central argentino Lucas Martínez Quarta.
También llegó libre Callejón o cedido Malcuit (este último en el mercado de invierno). Pero una vez más, los movimientos no dieron resultado. A la vista quedó que lo que necesita el equipo italiano es una reforma general y en todas las parcelas, deportiva y extradeportiva.
Giuseppe Iachini recogerá el testigo
El cartelón señala el cambio: se marcha Prandelli y entra Giuseppe Iachini. O mejor dicho, retorna. El técnico italiano volverá a la Fiorentina 4 meses y medio después de ser destituido tras conseguir tan solo 8 puntos en 7 partidos.
El dirigente del equipo en la mala racha con la que se inició la liga es el elegido para enderezar ahora el rumbo del equipo. Quizás no se tuvo paciencia en el mes de noviembre. Quizás su vuelta sea fruto de una decisión apresurada, síntoma del desgaste de la parcela institucional del club y que el tiempo dirá si es la correcta.
Pero, por el momento, la ‘Fiore‘ navega sin rumbo hacia un futuro incierto por la Serie A y las sensaciones indican que poco halagüeño.
Imagen principal vía: Fiorentina
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