Exhibición de Mbappé en el Camp Nou

El PSG le pasó por encima al Barça con una gran exhibición de Mbappé, que firmó un hat-trick en una noche histórica en el Camp Nou.

Con una gran exhibición de Kylian Mbappé y compañía, el París Saint Germain fue muy superior a los culés. Pochettino planteó un partido en el que dejó sin ideas a los culés. Verratti y Paredes dominaron el centro del campo, desactivando completamente a Busquets, De Jong y Pedri. Y aunque el Barça anotó primero, y pudo ampliar la ventaja, el PSG fue mejor durante todo el encuentro.

Hace mucho el Barcelona no iniciaba una eliminatoria o un partido con su rival siendo amplio favorito, y mucho menos en el Camp Nou. Aunque sin Neymar y Di María en el campo, y con lo que probablemente sea el mejor once del que pueda disponer Koeman, gracias al regreso de Piqué y Dest, el Barça parecía equilibrar la balanza. Pero al equipo blaugrana se le ve que no es lo que fue hace unos años Europa y le persiguen los fantasmas de las goleadas en ediciones anteriores. Se notó tanto en el planteamiento, cediendo el balón, como en la conducta de sus jugadores.

A esto se le sumó rápidamente que antes del minuto uno Mbappé ya anunciaba lo que iba a ser el partido. A partir de ahí al Barça se le vio asustado y se olvidó de presionar arriba. Lo que provocó que el PSG tuviera la posesión y tocara el balón cómodamente. Verratti manejó el juego a su antojo, generando superioridad numérica en el centro del campo con Paredes y Gueye. Busquets, De Jong y Pedri eran superados en esta zona y no lograban construir. Messi, por su parte, no podía recibir el balón delante de su línea de mediocampistas. Lo que resultaba en el argentino impaciente, acercándose a recibir el balón muy atrás, directamente de sus centrales.

Cuando el Barça tiene problemas para salir con balón, sus laterales suelen ser una fuente de oxigeno al dar profundidad. Pero Florenzi y Kean, por el lado de Jordi Alba, y Kurzawa y Mbappé, en el de Dest, hicieron imposible esa función. Los parisinos generaron situaciones de 2v1 toda la noche en ambas bandas, sobre todo en la del lateral estadounidense, que nunca recibió apoyo por parte de Dembélé.

Por momentos el partido se abrió y el Barcelona se encontró con el penal, que Messi convirtió en gol. Más que ponerse en ventaja esto podía significar un punto de inflexión en lo anímico, pero Dembélé falló una oportunidad clara en la jugada siguiente, como si tuviese las eliminatorias del pasado en la cabeza. A partir de ahí Mbappé tomó el mando. El PSG no se desmotivo al recibir el gol, y con el francés generando espacios y apoyos daban la sensación de poder generar peligro aún estando lejos de la portería de Ter Stegen.

Es cuando el juego se vuelca a la banda izquierda. Kurzawa se incorporó al ataque constantemente, Dembélé no lo siguió (casi) nunca, y Dest tuvo que sufrir midiéndose a Mbappé. Por ahí cayó el 1-1. El PSG se da cuenta que por de ese lado es dónde puede hacer más daño y lo explota al máximo con Mbappé. El joven atacante francés firmó una exhibición con su gran velocidad, cambios de ritmo, desborde y desequilibrio tanto a campo abierto como en espacios reducidos.

La segunda parte es más de lo mismo. Verratti controló los hilos del partido organizando y distribuyendo, comprometido sin balón y lanzando a Mbappé en cada oportunidad. Con Paredes como segundo al mando. A partir del segundo gol el Barça se desconectó. No tuvieron soluciones tácticas desde el banquillo, cuando Koeman quiso corregir metiendo a Mingueza, y luego cambiando casi todo el medio campo, pero fue muy tarde. El partido se puso 1-3 y el PSG no tenía intención de parar. Con el Barça buscando un gol que lo mantuviera vivo, el partido se rompe y los franceses aprovecharon para hacer el 1-4. Los roles cambiaron y ahora el PSG cree en sí mismo y el Barça debe quitarse el bloqueo mental que le dan los traumas que ha ido acumulando.

Imagen principal vía: @PSG_Inside.