Nadie discute el regreso de Luis Enrique, y si las formas de Luis Rubiales para destituir a Robert Moreno.
La locura que podía pasar después de las inoportunas declaraciones de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, en el post de la goleada por 7-0 a Malta, ha ocurrido. Ha pasado a medias, pero otra vez y ya van unas cuantas en los últimos años que quedamos en un absoluto ridículo delante del fútbol mundial. Si en Rusia nos quedamos a falta de dos días para el inicio del Mundial sin seleccionador por una traición de Lopetegui a Rubiales y el país, ahora, a falta de seis meses para el inicio de la Eurocopa, nos hemos quedado otra vez sin seleccionador. Bueno, mejor dicho, cambiamos el técnico y por tanto las ideas.

Lo primero de todo, y por lo que nos alegramos todos, es que Luis Enrique vuelve a su puesto de trabajo y a ser el seleccionador absoluto de España después de haber pasado por lo que ninguno de nosotros deseamos que le ocurra a nadie. Es una alegría inmensa que, después de una desgracia personal enorme, Luis Enrique haya recuperado las fuerzas necesarias para seguir adelante en la vida y, hablando deportivamente, es la decisión más lógica que, en caso de cambio de entrenador y como finalmente ha ocurrido, es la de apostar por el líder que inicio este proyecto rumbo a la Eurocopa 2020 y que lo mas idóneo es que él mismo ideólogo lo acabe.
Pero, dejando lo de Luis Enrique al margen, ¿es normal la gestión de la Federación para anunciar todo esto? Rubiales, él solito, cuando en las declaraciones en Cádiz buscaba pegarle un tiro a su ‘amigo’ Javier Tebas, se pego un tiro al pie y se auto descubrió. Robert Moreno ha hecho el ridículo en la rueda de prensa previa al partido de Rumania, poniendo por las nubes tanto a Luis Rubiales como a José Molina (director deportivo). Si Rubiales y Molina sabían que Luis Enrique iba a volver, ¿porqué no le han pedido a Robert que se tapara un poco e intentara evitar preguntas sobre futuro? Yo no critico ni que vuelva Luis Enrique ni que Robert Moreno se vaya, sino las formas de la Federación para gestionar un cambio tan importante para la Selección y el fútbol español.

Nadie discute la decisión de Rubiales de que vuelva Luis Enrique, pues en su momento se lo prometió y porque lo mejor es apostar por el asturiano antes que por un entrenador nuevo, pero yo no entiendo ni comparto las formas de la Federación para destituir a Robert Moreno. Rubiales se sintió traicionado por Lopetegui cuando éste negocio a sus espaldas con el Real Madrid, y ahora es Rubiales quien ha traicionado a Robert Moreno. Y encima, en la rueda de prensa de hoy se contradice él mismo. Las formas de gestionar esta destitución son un esperpento, pero aún mas son las formas de agradecer la labor ejercida por Robert Moreno. Lo de «no llena el traje de seleccionador» de la opinión publica parece que también llego al presidente de la RFEF, pues no ha valorado como se debía su gran nivel de resultados y juego. Como dice Iker: «somos un país de chirigota, ¡que viva España!
Imagen destacada vía: Getty Images.
Escrito por: Francisco Rodríguez Collazo.
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