Los groguets, pidiendo la hora, logran un triunfo vital.
El Estadio Nuevo Los Cármenes acogía el cierre de telón de la undécima jornada del campeonato liguero. Granada y Villarreal se veían las caras en un duelo trascendental por escapar de las posiciones comprometidas de la tabla. Los nazaríes venían de una dura derrota en El Sadar ante Osasuna la pasada jornada. Por su parte, los de Pacheta dejaron escapar los tres puntos en la visita del Alavés a tierras castellonenses. El feudo granadino lucía un ambiente espectacular para un encuentro en el que ambos equipos buscarían una victoria muy necesaria.
El choque comenzó con un dominio aplastante de la posesión por parte del conjunto amarillo. El Granada trataba de apretar en tres cuartos de campo para robar y proyectar a sus veloces extremos para que encarasen a los laterales groguets. Así, las dos primeras ocasiones de peligro cayeron del lado nazarí, pero Uzuni primero y Bryan Zaragoza después no fueron capaces de batir al cancerbero danés Filip Jörgensen. El Nuevo Los Cármenes llevaba en volandas a sus once guerreros, sin embargo las cosas comenzaron a torcerse demasiado pronto…
Aluvión de goles en la primera mitad
La locura aterrizó en Granada y cortocircuitó el encuentro por completo. En el minuto 18, una buena jugada de Sørloth por banda izquierda le permitió al noruego enviar un caramelo al corazón del área que culminó Gerard Moreno a gol. La pesadilla solo acababa de comenzar ya que, tan solo 5 minutos después, el colegiado señalaría pena máxima tras una imprudente salida del guardameta luso André Ferreira. El penalti, como en la jornada anterior, lo transformó el 7 amarillo engañando al arquero nazarí.
El Granada, como en el partido de Almería, no supo cortar la hemorragia y Sørloth volvió a aparecer en escena. Una nueva pérdida en la medular rojiblanca propició otro contragolpe de los atacantes visitantes. El ariete noruego condujo, recortó a Ignasi Miquel y antes de entrar al área rival conectó un potente zurdazo cruzado que colocaba el 0-3 en el electrónico. Esta vez él se lo guisó y él se lo comió. Como era de esperar, la rabia e impotencia se adueñaron de una parroquia nazarí que entonó una sonora pitada hacia sus propios jugadores.
Respuesta inmediata nazarí
Con los jugadores alicaídos, Paco López sin respuestas y un Nuevo Los Cármenes enfurecido nadie podía pensar en la redención del equipo de la eterna lucha. Tan solo un minuto después del tercer tanto del Villarreal el Granada lograba recortar distancias. Gonzalo Villar recuperó el balón y filtró un pase perfecto para que Ricard Sánchez entrara como un puñal en el área groguet y fusilara a Jörgensen. La grada local enloquecía y los nazaríes comenzaron a creer en el milagro.
Cuatro minutos después Myrto Uzuni hizo estallar el Nuevo Los Cármenes. Tras un buen pase de Bryan Zaragoza, el albanés realizó un recorte y un giro sensacional con el que dejó sentado a Gabbia y con el interior de su bota izquierda batió al portero danés. El 2-3 llegaba al marcador, inaudito. El Granada, esta vez sí espoleado por su afición, siguió apretando. De hecho, la cabeza de Antonio Puertas tuvo el empate en las postrimerías del primer acto, pero el resultado no se movería y ambos equipos se encaminaron al túnel.
Antagonismo
La debilidad de ambas retaguardias era una de las claves del encuentro. La fragilidad defensiva hizo que viviésemos una primera parte vibrante, pero esto no ocurrió en la segunda mitad. El Granada, como no podía ser de otra manera, salió con el cuchillo entre los dientes. Sin embargo, Pacheta planteó un partido más áspero y conservador para los últimos 45 minutos. Esto provocó que las ocasiones locales llegaran a cuenta gotas y fuésemos testigos de innumerables rifirrafes entre los jugadores de ambos equipos a consecuencia de un juego más trabado.
A partir del minuto 70, Bryan Zaragoza se echó al Granada, a La Alhambra y a Sierra Nevada a sus espaldas en busca de un agónico empate. El extremo malagueño fue un dolor de cabeza constante para el sector izquierdo amarillo. Dribblings, bicicletas, autopases… un sinfín de recursos que estuvieron cerca de culminar una gesta similar a la del partido en el Power Horse Stadium frente al Almería. Pese a ello, los nazaríes estuvieron faltos de puntería y, quizás, algo de agresividad en los últimos metros.
Paco López metió todo lo que tenía en el banquillo y en la última jugada del encuentro el delantero senegalés Famara Diédhiou pudo devolver la paridad al encuentro, pero Jörgensen realizó una estirada colosal que le otorga al Villarreal los tres puntos. El Granada muere en la orilla y se sumerge en un pozo aún más profundo, sobre todo tras caer ante un rival directo. Por su parte, los groguets respiran tras un pésimo inicio de temporada y se asientan en una zona más tranquila. Próxima jornada: Valencia – Granada / Villarreal – Athletic Club.
Imagen vía: Fran Santiago / Getty Images
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