El Real Valladolid ganó su primera final de la temporada ante el Celta de Vigo, que cosechó su quinta derrota consecutiva.
«Mucho que perder y mucho que ganar». Con este lema en la cabeza salían al campo ambos equipos al césped del José Zorrilla. Tanto Celta como el Valladolid, buscaban esos tres puntos que, pese a quedar la mitad de la temporada, en la recta final pueden ser tres puntos de oro.
El José Zorrilla se llenó y se teñía de cartulinas rojas en señal de protesta ante las injusticias y las malas decisiones arbitrales y del VAR. Tanto es así, que el Fondo Norte mostró una pancarta que rezaba `Por mucho que os duela, nos vamos a salVAR´. A esta pancarta le acompañó una sonora pitada por parte de todo el estadio dedicada a Tebas, los árbitros y al trío arbitral, encabezado por el árbitro murciano, José María Sánchez Martínez.
⚪️💜La afición del @realvalladolid ha mostrado su indignación con el VAR al comienzo del partido.
📺VAR
🔴Tarjetas Rojas
🗣️Gran pitada📹@amoncope pic.twitter.com/m8XfGhSPfh
— Tiempo de Juego (@tjcope) January 27, 2019
El conjunto pucelano estrenaba nuevo delantero, Sergi Guardiola, que parece que va a dar muchas alegrías al club y a los aficionados. Un delantero de los que necesitaba el Valladolid, con la portería rival entre ceja y ceja. Así lo demostró durante todo el partido, rozando el gol en cada tiro y luchando todos los balones.
En la primera parte, los de Sergio González no levantaban cabeza. Ambos equipos salieron con miedo de encajar gol, y así se vio reflejado en el modo de juego. Fue en un error a la salida del balón cuando llegó el primer tanto del partido. Míchel, que estaba haciendo una primera parte desastrosa, fue el culpable, tras un mal control en su propia área, del primer gol del conjunto gallego. Pione Sisto adelantaba al Celta con un gol por la escuadra de Masip, que nada pudo hacer.
Los primeros silbidos en el Zorrilla iban apareciendo. Los aficionados eran conscientes del mal juego por parte de su equipo. El Celta, en cambio, buscaba el segundo gol del partido, pero acabó la primera parte con tan solo un gol en el marcador.
En la segunda parte, despertaron tanto Míchel como todo el Valladolid. Reaccionaron con el paso de los minutos. Nacho y Antoñito creaban peligro desde las bandas, Sergi Guardiola luchaba cada balón, Óscar Plano se movía entre líneas, Keko y Toni recibían balones en banda y Míchel por fin acertaba con los pases. El cambio en el juego era notable y la grada alentaba a los suyos con cánticos.
El gol se veía cada vez más cerca y tanto esfuerzo, obtuvo resultado. Óscar Plano marcó el primer tanto para el conjunto pucelano, que sirvió para empatar el partido y para redimirse de una acción anterior que falló ante el portero. El Valladolid empataba, pero quería más.
Las llegadas a la portería de Rubén Blanco eran continuas. Al Valldolid no le servía un empate, necesitaba la victoria para alejarse de la zona de descenso y reanudar su buena racha. Finalmente, Keko puso el 2-1 en el marcador, con un buen disparo cruzado. El Zorrilla entero se volcaba con su equipo.
El Celta probó suerte con los cambios, pero ni estos pudieron hacer nada. El colmo para el conjunto celeste fue la expulsión del debutante, Hoedt, que vio la cartulina roja a pocos minutos del final. Reflejo claro de la impotencia del Celta, que sigue con su mala racha, sumando tan solo una victoria en los últimos diez partidos de liga.
El Real Valladolid respira un poco más aliviado y se sitúa en la mitad de la tabla, pendiente de los demás partidos que se juegan a lo largo de esta jornada. En las próximas semanas, se enfrentarán a rivales directos que están luchando por la permanencia, como el Huesca y el Villarreal. Los de Sergio González necesitan ganar estos próximos partidos para tener la salvación un poco más cerca y para que, por fin, el Valladolid se sitúe donde se merece.
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