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La séptima de Sísifo

La literatura griega ha hecho llegar hasta nuestros días cientos de historias que relatan, perfectamente, situaciones que a día de hoy pueden vivirse. Entre ellas, está el mito de Sísifo. Un ensayo que cuenta el castigo que los dioses propiciaron al mismo protagonista que da nombre al mito después de que este decidiera hacerlos enfadar.

Dicha sanción fue severa e interminable. Y es que Sísifo se vio obligado a cargar, por el resto de los tiempos, una roca gigante colina arriba. Lo más tormentoso del mito es que justo antes de llegar a la cima, el ‘desgraciado’ griego veía como la roca se le escapaba de las manos y rodaba colina abajo. Haciendo del trabajo de todo el día inútil.

Cedric fue uno de los más destacados en la segunda parte. Foto: FC Barcelona

Actualmente, en el balonmano español, sucede un caso parecido. En esta ocasión, el Balonmano Benidorm se convierte en el Sísifo de esta historia; y el FC Barcelona, los dioses sin piedad. Y es que los de Fernando Latorre no lo han tenido nada fácil para llegar a esta final histórica. Un esfuerzo notable con un final predecible.

Todos los datos de la Caja Mágica

La final de la XLV Copa del Rey despertó la curiosidad de todo el mundo. Ningún aficionado al balonmano en Madrid quería perderse el duelo entre la ‘Cenicienta’ de la competición y el flamante campeón. Ni siquiera los que no son practicantes de este deporte. Y es que, en las gradas de la Caja Mágica, pudieron verse a Oblak, Savic y Saponcic como espectadores de lujo.

Y, pese a las cartas de recomendación de cada club, el encuentro comenzó con un Balonmano Benidorm tratando de tú a tú al FC Barcelona. Gonzalo Pérez de Vargas se vistió de ‘jugador de campo’ y anotó el primer tanto del partido. Después de ello, dos tantos de cada equipo llevarían el 3-2 al marcador en los primeros cinco minutos de final.

Pablo Simonet cuajó una Copa del Rey a un gran nivel. Foto: BM Benidorm

Pero, lejos de romper esa tónica, los alicantinos mantuvieron ese mismo nivel. Los goles de Cabanas, Folqués y Da Costa colocaron un ajustado 6-5 en el electrónico. Y es que el míster azul decidió atacar con siete efectivos. Un riesgo que conllevó otros tres tantos azulgranas a portería vacía.

Aunque ese resultado sería el más cercano entre valencianos y catalanes. Un parcial de 6-1 protagonizado por un imperial Gonzalo Pérez de Vargas bajo palos llevó el marcador a los siete de ventaja (13-6) a falta de diez para el final. Simonet y Folqués quisieron reducir esa desventaja, cosa que no iban a permitir Aleix y Andersson.

Gonzalo Pérez de Vargas fue elegido MVP de la final. Foto: FC Barcelona

Los últimos cinco minutos se convirtieron en un festival de goles por parte de ambos conjuntos, aunque más de los de Xavi Pascual. El doblete de Mortensen, sumado al hattrick de Cindric, neutralizaron los tantos de Parker, por partida doble, y Lignieres. Llevando el 21-12 al descanso.

Y lejos de bajar ese nivel, los de la Ciudad Condal salieron como un huracán en el segundo envite. Entrerríos estrenaba el marcador, mientras que Da Costa hacía lo propia por su bando. Un parcial de 5-3 llevó a doce la ventaja entre catalanes y alicantinos (29-17) en los siguientes diez minutos de juego.

Los tantos de Folqués mantuvieron con esperanzas a los alicantinos en la primera parte. Foto: BM Benidorm

Aunque, un doblete de Dorado y uno más de Lignieres redujeron la distancia a once tras los dos semejantes de Cedric y Mem (31-20). El Barça apretó tras esto, y el luminoso dio fe de ello. Un nuevo 6-2 dejó los números en 37-22. Solo Da Costa, en pivote, daba alas a los de Latorre.

Con un doblete de Fábregas y un gol de Mortensen, junto a los de Da Costa y Méndez finalizó la XLV Copa del Rey. 40-25 en el marcador. Los de Pascual volvían a llegar a la cuarentena de goles como ya lo hicieron ante Granollers siete años atrás, precisamente la edición que dio arranque a la ‘Era Barça’.

Víctor Tomás levantó su última Copa del Rey. Foto: FC Barcelona

La séptima consecutiva. La número 23 para los azulgranas. En el balonmano español los catalanes siguen reinando, como dioses que son. Y aún mucho habrá que esperar para que esos mismos que ahora ejercen de ‘villanos’ dejen a Sísifo llegar a la cima con la roca a sus espaldas.

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