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El Renacimiento surge desde la lealtad

Ensayo sobre cómo McLaren y Ferrari centran sus remontadas históricas desde el amor hacia unos colores

El Gran Premio de la Emilia Romagna supuso la confirmación de la vuelta de los equipos más legendarios de la historia de la Fórmula 1 a la lucha por los podios en condiciones convencionales, McLaren y Ferrari. Ambas escuadras hicieron palpitar corazones de almas empachadas de nostalgia que tenían tatuados el dicho de «cualquier tiempo pasado fue mejor»

Al fin y al cabo, la escudería británica y la italiana nacieron desde dos nombres adictos a la competición como son Bruce McLaren y Enzo Ferrari, neozelandés e italiano respectivamente. A pesar de proceder de dos culturas diferentes, una más políticamente correcta y recta en trabajo y otra centrada en el motor de vida de la pasión como es la italiana, la Historia les ha hecho confluir en las mismas bifurcaciones que te llevan hacia la gloria o, en su defecto, te sacan de un infierno aparentemente sostenido.

Salir del hoyo mediante la lealtad

Cabe recordar que McLaren representó el significado del proyecto hundido al que Williams se empezó a acostumbrar tras la marcha de BMW de su entidad. Los de Wooking lo experimentaron cuando todo apuntaba a que revivirían épocas de gloria con Honda, pero la crispación, la impaciencia y la falta de trabajo en equipo acabaron mermando su trayectoria entre 2015 y 2018.

Imagen
@LandoNorris

La marcha de Fernando Alonso de McLaren en 2018 como piloto oficial, al igual que ocurrió en 2014, y con la presencia de Red Bull como equipo triunfador tras haber apostado por la cantera, hizo que la lealtad comenzase a coger cuerpo en McLaren y Ferrari. Por un lado, el equipo papaya comenzó a darle la alternativa a un niño pegado a una sonrisa como Lando Norris y Ferrari hizo lo propio con un Charles Leclerc en la filosofía pasional y de amor al trabajo del propio Enzo.

Familiaridad y talento pueden convivir

Además de un equipo de ingenieros, representantes legales, mecánicos o periodistas leales a una misma entidad, llegó otro español con dotes de liderazgo y educación idóneos para el renacimiento. Fue otro castellano con impulsos superlativos hacia la victoria y con una humildad y compañerismo que tanto ha ansiado Ferrari cuando la sequía de títulos acechaba en Maranello.

Curiosamente, Sainz tuvo una química con una McLaren acostumbrada a tener a inspirar oxígeno y expulsar estrés para dar paso a una energía positiva que expresó con su compañero, un Lando Norris convertido en gran apuesta para los de Wooking. A pesar de no proceder de la cantera británica, la energía comenzó a fluir positivamente entre las temporadas 2019 y 2020.

Por tanto, el podio de Lando Norris en Imola fue conseguido tras haber sostenido con enorme entereza los ataques de un Charles Leclerc y un Carlos Sainz que acabaron cuarto y quinto respectivamente a escasa distancia de la tercera plaza del 4 británico. Aunque los de rojo se quedaron con la miel en los labios, comenzó a verse el efecto de comenzar el amor de Enzo Ferrari hacia sus propios colores en la pista.

Existen muchos tipos de victoria

Al fin y al cabo, el italiano Enzo sintió una gran predilección por un Gilles Villeneuve, tal y cómo parte de Ferrari la sintió hacia un Jules Bianchi o la propia McLaren hacia un Bruce fundador que vieron culminadas sus obras a título póstumo. Charles Leclerc procedió a hacerlo desde el año 2019 y la renovación del protagonismo llega a la hora de correr en casa.

Imola siempre ha sido la prueba de fuego entre la musa rubí y el piloto elegido. No solamente vale ganar, ni vencer per se es la única forma de conquistar a todo una historia extensa de pilotos elegidos, pero pocos los idolatrados de por vida. Y haber visto a un monegasco nacido en Ferrari y otro dispuesto a pacer como Carlos amando a la prudencia de dejar sano y salvo los tesoros conducidos antes que tomar riesgos como desnudo de sus enormes ganas de ganar dejaron muestra de madurez.

Tampoco podemos olvidar la humildad de Carlos cuando optó por haber felicitado a Lando Norris por su podio, justamente meses después de haber dejado de ser su compañero de McLaren. Fue la demostración a la tesis impuesta por Carlos como respuesta a su supuesta personalidad múltiple tan dañina para mentes abiertas y racionales. Puedes tener la ambición de buscar la victoria, pero cultivando el trato humano. Ambas características mezcladas componen la humildad, la misma que lleva a iniciar un imperio desde los cimientos hacia la victoria. Precisamente lo que hicieron Bruce McLaren y Enzo Ferrari. 

Imagen principal vía: @Charles_Leclerc

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