Relato de una victoria blaugrana ante un Villarreal necesitado de resultados.
Hay partidos que marcan un importante punto de inflexión, como fue el disputado entre el Villarreal y el Barcelona. El equipo local se percata de sus defectos que les está llevando a descender hacia un vacío con el que han jugado cuando competían contra demasiados frentes. Por otro lado, los visitantes se deslumbraron cuando su retina comenzaba a percibir un ápice de luz al final de un frondoso túnel.
La Cerámica fue testigo de dos navegantes en la misma travesía, pero con distinto destino. Xavi sumergió su batalla en ejecutar sus planes a la perfección, ignorando cualquier pretenciosidad dispuesta a destrozar su reputación. El método se anteponía al ansia que supone desear una victoria. Exigió que sus hombres imprimieran un orden al ritmo adecuado, independientemente de las pisadas groguets. Por otra parte, el Villarreal daba el salto acongojado por la mala racha de victorias y por la grandeza del rival.
Guste o no guste, la entidad blaugrana siempre supone un motivo para tener que jugar con el miedo. El Submarino cabalgó a contracorriente, ya que sacó su mejor cara cuando Xavi incidía excesivamente en el temor a perder. El exceso de prudencia a la hora de buscar la meta rival y temor al error en defensa alimentaban sin cesar a jóvenes como Gavi, Nico o Abdessamad y a una defensa zonal cada vez más disciplinada. Dieron tres zarpazos dolorosos, uno con un gol al borde del fuera de juego, otro en un despeje impreciso y el tercero en un penalti inevitable.
Y quién perdona lo termina pagando. Por mucho vocifero en la banda por parte de Unai Emery, la personalidad del equipo no abrazó a la constancia, ya que sus mejores virtudes fueron extraídas sin la mecanización necesaria. Curiosamente, aquellas pisadas pusieron en escena el camino que necesita por recorrer el Barcelona. Igualaron parcialmente la contienda, pero la huella se fue dilapidando mientras que el vacío acechaba, ya que el Barcelona solamente pensaba en renacer. Por fortuna, es fútbol y todo puede cambiar.
Imagen principal vía: @VillarrealCF
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