
Real Oviedo y Fuenlabrada firmaron tablas en un partido gris en el que apenas fueron incomodados los guardametas de ambos conjuntos.
Se enfrentaban este jueves Real Oviedo y Fuenlabrada en el Carlos Tartiere. Los dos equipos llegaban con confianza tras lograr la victoria en la última jornada. Los ovetenses se impusieron en el derbi y venían con la moral por las nubes tras salir del descenso. Por su parte el Fuenla había ganado con contundencia a un Numancia cada vez más hundido. Los locales necesitaban la victoria para escaparse de la “zona roja”, mientras que los madrileños intentarían lograr los 3 puntos para seguir una semana más en la zona tranquila de la categoría.
Sorprendía el “Cuco” Ziganda con el once que puso en escena, con multitud de novedades respecto a las últimas jornadas. La mayoría de futbolistas acumulaban una enorme carga de minutos, por lo que el técnico navarro optó por realizar rotaciones. Grippo, Lolo y Obeng partieron de inicio por primera vez desde la vuelta del fútbol.
En el Fuenlabrada también hubo muchas novedades. Sandoval realizó hasta 7 cambios respecto a la jornada anterior. Como curiosidad, los azulones (hoy de rojo) saltaron al césped con la defensa totalmente renovada, no repitió ninguno de la pasada jornada.
Arrancó el partido con mucho respeto entre ambos equipos. Ninguno fue capaz de hacerse con el dominio de la posesión y optaban por un juego más directo. El Cuco tiró de repertorio táctico y sorprendió con un 4-3-3 con Obeng y Bárcenas en los costados. Con el paso de los minutos el Oviedo fue haciéndose con el control del partido. Luismi se incrustaba entre los centrales para poder dar una salida de balón más limpia al conjunto carbayón. El andaluz fue el único capaz de otorgar clarividencia en el centro del campo azul, el único capaz de filtrar pases hacia delante. Lolo y Jimmy eran los encargados de unirse al ataque, aunque el canterano estaba muy alejado de la zona de creación y se notó.
El Fuenla seguía con dificultades en la creación y optaba por enviarle balones a Sekou. El delantero cedido por el Valladolid no da nunca un balón por perdido y, aunque sin mucho acierto, siempre fue un quebradero de cabeza para la defensa carbayona. En todo momento optaron por un partido más físico, aprovechando las cualidades de Nteka, Ciss y compañía. Con el paso de los minutos, los visitantes encontraron a Cristóbal. El “8” apenas pierde balones y siempre da una buena salida de balón. A partir de ahí el Fuenla mejoró sus prestaciones, aunque sin causar problemas a Lunin. Y así acabó la primera mitad, sin apenas ocasiones y con un encuentro marcado por las imprecisiones de ambos equipos. Las pérdidas entre los dos conjuntos superaron la cifra de 150, siendo más de 70 para cada uno.
La segunda parte no empezó siendo muy diferente a lo visto hasta el momento. El Fuenla saltó mejor al terreno de juego y dominaba el encuentro, aunque sin generar ocasiones. El punto era bueno para el conjunto dirigido por Sandoval, ya que seguirían manteniendo un importante colchón con los puestos de descenso, pero no tanto para el Oviedo, que necesitaba ganar para distanciarse ya hasta los 5 puntos.
Ziganda buscó revolucionar el partido con la entrada de Rodri y Borja, en estado de gracia tras su gran actuación en el derbi. Además cambió de formación, pasando a un 4-4-2 con Borja y Bárcenas en las bandas. Quitó a Jimmy y dejó el doble pivote para Lolo y Luismi, haciendo aún más difícil la creación. Borja, como es habitual en él, echo un paso atrás para ayudar a encontrar huecos, aunque sin mucho acierto.
No fue el único que movió el banquillo. Hugo Fraile (pichichi de los visitantes) entró al campo para intentar llevarse los 3 puntos. Su buen pie para el balón parado era una gran baza para desnivelar el encuentro. Pero se guió por la actuación de sus compañeros y también pasó desapercibido. También José Fran tuvo minutos para tener profundidad por banda. Sandoval agotó las 5 sustituciones, pero el partido era tan plano que apenas se notaron en el terreno de juego.
El partido siguió con la tónica habitual, muy trabado y lleno de imprecisiones, sin apenas continuidad en el juego y sin llegadas. En los últimos compases ambos equipos intentaron crear oportunidades pero sin éxito. Ni los revulsivos fueron capaces de poner en apuros a los guardametas. Lunin se fue sin intervenir y Pol Freixanet tan solo tuvo que detener un buen remate de cabeza de Lolo González en la primera mitad.
Y así acabó el encuentro en el Carlos Tartiere. Partido gris entre dos equipos que buscan sellar la permanencia. Eso sí, sabe mejor para los visitantes, pues se mantienen a una distancia considerable de los puestos de descenso. Los azules tendrán que mejorar para no sufrir en lo que queda de temporada.
Imagen principal vía: Real Oviedo
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