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El poder del escudo tumba al CSKA

El Real Madrid consigue una histórica victoria (71-65) frente al CSKA con sólo 6 jugadores del primer equipo disponibles. Los canteranos Klavzar, Garuba y Miller debutaron y fueron fundamentales en la proeza madridista.

Conmovedor. Maravilloso. Glorioso. Épico. No existen suficientes calificativos para describir el triunfo del Real Madrid frente al CSKA de Moscú. Un partido que ya forma parte de la historia del club, en el que los nueve jugadores madridistas honraron el escudo con una demostración de grandeza y gen competitivo. 

Para comenzar, el encuentro entre madrileños y moscovitas nunca se debió disputar. A pesar de cumplir con los protocolos sanitarios de la Euroliga (que exige tener menos de 8 jugadores disponibles o que la autoridad sanitaria local decrete un brote de COVID-19), la celebración del encuentro atentaba contra los principios básicos de la lógica y la moral. El Real Madrid-CSKA es uno de los partidos estrella de la competición, que enfrenta a los dos equipos más laureados de la misma (10 títulos y 8, respectivamente). Preocupa la falta de cuidado y atención que dedica la Euroliga a su producto.

El Madrid marca el camino desde el inicio

Con el positivo de Adam Hanga unas horas antes del partido, el Real Madrid llegaba al choque bajo mínimos. Williams-Goss, Tavares, Llull, Taylor, Vukcevic y Rudy (entre algodones) eran los únicos efectivos disponibles. En total, siete bajas por COVID y otras tres por lesión. Para completar la convocatoria, los canteranos Klavzar, Garuba (hermano de Usman) y Baba Miller.

A pesar de las circunstancias, los blancos no se arrugaron y salieron con el cuchillo entre los dientes. Con un apabullante 17-3 de salida, el Madrid advirtió que iba a dar guerra. La brillante gestión de las rotaciones por parte de Chus Mateo permitió mantener la intensidad y conservar la renta inicial. Sin embargo, los rusos, con todo su arsenal disponible, fueron recortando distancias gracias a Clyburn y Milutinov. Al descanso, 37-40 a favor del CSKA.

El esfuerzo defensivo, clave para cerrar el triunfo

El cierre del segundo cuarto parecía poner fin al milagro madridista. No obstante, tras la reanudación el Madrid salió con las pilas recargadas y consiguió dar la vuelta al marcador. La mejoría de Lllull, Rudy y Taylor fue importante, pero cabe destacar la inmensa contribución de los jóvenes canteranos. Un triple de Llull en la última posesión del tercer cuarto permitió llegar con ventaja al periodo final (56-55).

Los últimos diez minutos fueron una exhibición de pundonor y lucha. Guiados por un inconmensurable Tavares (15+10+4), el Real Madrid cerró su aro en defensa, abriendo brecha gracias a los triples de Llull y Klavzar. El encargado de cerrar el partido fue Nigel Williams-Goss: con seis puntos en los últimos dos minutos para un total de 17 tantos, el base estadounidense protagonizó su mejor partido con la camiseta madridista.

De esta manera, la brillante actuación coral amarró un triunfo (71-65) que engrandece aún más al Real Madrid. Los aficionados que se congregaron en el Wizink Center despidieron por todo lo alto a sus héroes, en una emocionante noche que ya forma parte de la historia blanca.

Imagen principal vía: @RMBaloncesto

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