La historia del Sheriff FC y el territorio al que pertenece. ¿Debemos considerarlo como el primer club moldavo en jugar Champions League?
El titular fácil de la noche sería «El FC Sheriff es el primer equipo moldavo en clasificarse para la Champions League». En cierto modo, es una afirmación cierta. Pero, si nos adentramos en la historia del club y el lugar al que pertenece, descubrimos una tesitura diferente. Digna de reportaje.
El FC Sheriff es un club de la ciudad de Tiráspol, la capital de la autoproclamada República Independiente de Transnistria. Pese a que disputa la liga moldava y representa al fútbol de dicho país en competiciones europeas, técnicamente pertenece a un territorio independiente de Moldavia.
Para entender la compleja historia del lugar, debemos viajar a finales del anterior siglo. Una vez terminada la Guerra Fría, con la desintegración de la Unión Soviética, la pequeña Transnistria aprovecha para autoproclamar su independencia de Moldavia en 1990. Tras una Guerra Civil en 1992 que deja 1.500 fallecidos y que culmina con un alto al fuego pacífico, pero sin resultado fijo, el panorama se mantiene igual. Se acepta la creación del territorio, pero no su independencia. Aún así, ellos siguen firmes con la autoproclamación que llevaron a cabo dos años atrás. De hecho, tienen su propia moneda y su propio ejército. ¿El inconveniente? No es sólo Moldavia la que no reconoce a Transnistria como país, sino que nadie lo hace.
Curiosamente, tampoco Rusia. Importante resaltar la relevancia del país de Vladimir Putin en este pequeño territorio del este de Europa. El 60% de su población es de origen rusa o, si más no, habla el idioma. De hecho, uno de los tres idiomas oficiales es el ruso (junto al moldavo y el ucraniano). El gobierno de Putin mantiene con vida a Transnistria, invirtiendo y proporcionando ayudas. Como el gas, que es prácticamente gratuito para los habitantes transnistrios. Esta zona es una baza estratégica para los rusos, y por eso les interesa seguir abasteciéndoles. Además, el Estado nunca ha ocultado su sentimiento soviético.
Viajar a Transnistria es como viajar al segundo tramo del siglo XX. Los símbolos y las exaltaciones a la URSS en espacios públicos son una realidad y no hay apenas ápice de pudor. Sin ir más lejos, la bandera oficial del país incluye el símbolo comunista. El Parlamento de Transnistria está escoltado por una gigante estatua de Lenin. La Plaza Central de Tiráspol está blindada con el monumento de un tanque T-34, en honor a la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial, y una estatua de Alexander Suvorov, un generalísimo ruso del Siglo XVIII (tiene la fama de ser uno de los grandes generales de la historia que jamás cayó derrotado en una batalla).
La historia de Transnistria es realmente curiosa y estudiarla es un plan perfecto de domingo tarde. Pero lo que aquí interesa es el fútbol. Y para adentrarnos en él, antes debemos nombrar al Presidente del Estado, Vadim Krasnoselsky. Teóricamente, él es el mandamás. Sin embargo, en la práctica esto no es cierto. El verdadero poder reside en un conglomerado empresarial (el holding Sheriff), que, precisamente, tiene un equipo de fútbol, el Sheriff FC. Lo presiden dos exagentes de la KGB, el Comité para la Seguridad del Estado de la URSS.
El club se funda el 4 de abril de 1997. Es decir, es una entidad relativamente joven, con apenas 24 años de existencia. Empezó en la segunda división moldava y, un año más tarde, en 1998, ya ascendió a la Divizia Nationala. Tardó tres años en lograr su primer título liguero, pero, desde que lo hizo en el 2001, lo ha repetido en otras 18 ocasiones. Es decir, ha sido campeón de Moldavia 19 de las 21 últimas ediciones. Sólo el FC Dacia Chisinau en 2011 y el FC Milsami en 2016 han logrado derrocar a ‘las Avispas’. Además, ha ganado 10 Copas de Moldavia y 7 Supercopas. También se proclamó campeón en dos ocasiones de la Copa de la CEI (un campeonato que se disputaba entre equipos pertenecientes a las Repúblicas que habían integrado la URSS). 38 títulos en 24 años de existencia. Una barbaridad.
El Sheriff FC disputa sus partidos como local en el Stadionul Sheriff, con capacidad para algo más de 13.000 espectadores. Allí sentenció la eliminatoria arrollando al Dinamo de Zagreb (3-0 en la ida).
Es el primer equipo moldavo y/o transnistrio (que cada uno use el adjetivo que considere oportuno) en clasificarse para la UEFA Champions League. Y lo hace a lo grande, eliminando al superpoderoso conjunto croata, habitual en las últimas ediciones. También fulminó al Estrella Roja, al Alashkert armenio y al Teuta Durrës montenegrino. Pese a que, como habitual campeón de su liga doméstica, suela disputar fases previas europeas, sólo en cuatro ocasiones ha logrado meterse en fase de grupos. Todas ellas en Europa League y sin llegar las rondas del ‘knockout’.
Ahora, en la fase de grupos de la máxima competición continental, le esperan rivales más duros y deberá librar batallas con el espíritu de Alexander Suvorov y la solvencia de un T-34.
Juega en la liga moldava y ocupa el cupo de la Champions que pertenece a los equipos moldavos, pero pertenece a un territorio secesionista y autoproclamado independiente. ¿Es el primer equipo moldavo en disputar la fase de grupos de la máxima competición continental o el primer transnistrio? ¿O es el primer club con doble nacionalidad en jugar la Champions?
Imagen principal: Today in 24
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