El Sevilla se encontró con numerosos infortunios a la hora de cerrar el año pero los de Nervión son expertos en superar las adversidades.
Cuando peor lo estás pasando más necesitas a los tuyos. Quieres sentirte lo más arropado posible y que no se pierda ni un ápice de confianza. Quieres darle lo que piden. Tú y solo tú sabes los porqués de las cosas, fuera del contexto todos son omniscientes.
Esta es la situación que rodea a Julen Lopetegui. Miles de cuestiones en un periodo muy corto de tiempo, entre ellas algún que otro varapalo, le bombardean últimamente. Cuando menos se esperaba, apareció en Nervión el haz de luz más intenso y esperanzador, capitaneado por el croata Ivan Rakitic, que fue clave en la reciente victoria ante el Atlético de Madrid. El «10» está recuperando su mejor nivel a raíz de jugar en una posición más adelantada a la que lo hacía anteriormente.
Contra viento (lesiones) y marea (lluvia) está teniendo que luchar el Sevilla, pero sobre todo el técnico vasco. Buena parte de la afición le ha condenado incluso con desear su destitución. Otra le califica con un notable para cerrar el año por todas las arduas adversidades que se está encontrando. Julen ya sabe de la exigencia rojiblanca, fruto absoluto de los éxitos cosechados estos últimos 20 años.
Las lesiones parecen ser el cuento de nunca acabar y los ánimos del grupo no estaban en su punto álgido. Estas vacaciones de navidad serán claves en la recuperación de muchos jugadores. Siendo optimistas, el Sevilla podría comenzar el año con solo 2 jugadores en la enfermería. Seguramente la noticia más positiva posible.
▶️ ¡Los chicos están de regreso! ⚪️🔴#WeareSevilla #NuncaTeRindas pic.twitter.com/71gpT5HY6H
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) December 28, 2021
La derrota en Salzburgo y el pésimo juego mostrado tanto en Copa del Rey (teniendo que jugar 2 prórrogas en 2 partidos) como en San Mamés tenían a parte de la afición al borde del exilio. El equipo en liga se mantiene en la segunda posición. Todo parecía indicar que el final de año iba a ser una desventura. Con un partido nada espectacular, incluso mediocre, por parte de Sevilla y Fútbol Club Barcelona, se cierra el año con un sabor agridulce.
La situación pide algo más que pizarra y buen juego (sin dejar esto de lado). Pide Casta y Coraje. El Sevilla en esto, es experto. Cuando crees que nada puede ir a peor, aparece ese sentimiento guerrillero que hace que nunca tires la toalla el cual este equipo representa en su máxima expresión. No hay nadie que lo lleve tan tatuado a fuego como ellos. Equipo y afición son uno. Cuando Nervión se enciende, resulta casi una misión imposible pararlos. Recientemente lo sufrió el Atlético de Madrid, que sin estar a su mejor nivel, siempre hay que contar con él para pelear el título de liga. Otros luchadores natos.
El juego del Sevilla está siendo más que mediocre. Es perfectamente compatible criticar este aspecto y reconocer a su vez que la situación no acompaña. No es precisamente el “Joga Bonito” lo que caracterice a este club. Nervión opta en su mayor parte por el bilardismo. Esa huella imborrable que dejó el técnico argentino y que perdurará en el tiempo. Pese a quien le pese, el club está siguiendo sus mandamientos conformados a fin de cuentas por la afición y aunque personalmente yo algunos no los suscriba, la realidad es que esto es lo que hay y siguiendo el precepto sevillista, el inicio de campaña no es deficiente y Julen Lopetegui es un entrenador como la copa de un pino.
Imagen principal vía: Sevilla FC.
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