Nadie se esperaba que este año volviera a Víctor Fernández al banquillo zaragocista. Sin embargo, ahora se encuentra en la tesitura de seguir una temporada más.
La temporada del Real Zaragoza empezaba con Idiakez para seguir el camino de Natxo Gónzalez. No obstante, a pesar de sus buenas intenciones nunca consiguió formar un once competitivo. Lucas Alcaraz toma las riendas del equipo con un estilo antagónico. Nada encajó y solo consiguió una victoria y dos empates en ocho partidos, registros muy pobres que acercaron al club demasiado al descenso incluso pisándolo en varias jornadas. La situación estaba crispada por el poco nivel que estaban dando algunos de los nuevos fichajes y la bajada de los que ya estaban del año anterior.
En este tipo de momentos, una solución muy recorrida es escoger a alguien de la casa o alguien que ya haya triunfado en el club. Esto favorece a calmar las aguas y a que la afición se sienta más identificada. Ese perfil lo cumplía perfectamente Víctor Fernández y después del partido en Riazor sustituyó a Lucas Alcaraz. Este retorno llenó de ilusión a la tropa maña por sus éxitos del probablemente uno de los mejores entrenadores de la historia del Real Zaragoza.
Tras varios años entrenando en categorías inferiores dirigiendo, paso al primer equipo el 4 de marzo de 1991 con solo 31 años. En el curso 93/94 consiguió la Copa del Rey dándole el pase a la Recopa. Victor conseguiría este trofeo al siguiente año con el mitiquísimo gol de Nayim. Volvería en 2008 de mano de Agapito, causante de todas las penurias de esta última década, alcanzando la clasificación europea. en la siguiente temporada los resultados no acompañarían y fue despedido. Desde ese momento la institución entró en una deriva muy preocupante que acabaría con el club en Segunda División, categoría que no ha abandonado.
Ahora en su tercera etapa desde el primer partido ha destacado por el gran nivel que muestra el equipo en fechas claves. En su debut derrotó en casa al Extremadura saliendo al descenso, luego tras tres malos partidos rozaba el descenso pero salvó la papeleta con la victoria al Elche, y finalmente en un duelo directo como el que ocurrió en Almendralejo venció. Ya salvado virtualmente se plantea la duda de si seguirá una temporada más. Todo lo que indicaba cuando llegó que solo estaría el resto del curso pero el clamor popular puede cambiar la situación. La Romareda entera gritó «Víctor quédate», este cántico emocionó al técnico zaragocista.
En rueda de prensa fue insistentemente preguntado por su futuro en el club. Sus respuestas estaban encaminadas hacia dos cuestiones: o lo dejaba en el aire o le decían que le dejarán descansar. Destaca lo primero porque desde que ha llegado siempre ha dicho que cuando acabe la temporada se iría. Sin embargo, parece que el clamor popular ha hecho que reflexione sobre este tema. Ante este cariño declaró:
«Aquí he vivido noches inolvidables, en este club, en este campo, en esta ciudad. He tenido la gran suerte de que me ha tocado vivir finales, competiciones europeas, partidos muy grandes… Y yo, esto, no puedo devolverlo. No soy capaz de devolverle a la gente ese cariño, porque es muy grande»
Veremos que pasará pero no cabe duda que está rondando esa decisión por su cabeza. En mi opinión, si no le convence el proyecto se irá porque tiene más que perder que ganar. Él ya hizo historia y ahora puedo empeorar el recuerdo de la afición que seguramente espere ascender con él. Todo está en su mano.
Por: David Docón.
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