
Bolivia logró lo que ninguna otra selección había logrado en los anteriores 39 años: vencer a Brasil en un partido clasificatorio para un Mundial.
Un 28 de febrero de 1954, la selección brasileña dio el primer paso en su gloriosa e histórica plusmarca. Tras vencer por 0-2 a Chile, la ‘Canarinha’ dio comienzo a una dinámica épica que quedará registrada en los libros de historia del fútbol para toda la eternidad, pues acumuló 39 años consecutivos sin conocer la derrota en un partido clasificatorio para un Mundial.
Pasaban los años, llegaban nuevos Mundiales, había cambios generacionales en las convocatorias y distintos seleccionadores y, aún así, ningún equipo sudamericano tuvo la capacidad de vencer un simple partido a los cariocas durante prácticamente cuatro décadas.
Sin embargo, había una selección emergente que venía escopetada y dispuesta a aniquilar a todo el que se le cruzase. Tras apabullar a la selección venezolana (1-7) en la primera fecha de la fase clasificatoria para el Mundial de 1994 en EEUU, el equipo nacional boliviano logró superar, hoy hace exactamente 29 años, a la todopoderosa Brasil y dinamitar así su increíble racha.

Acumulaban 44 años sin meterse en ninguna Copa del Mundo, pero aquel año, con la mejor generación de futbolistas de su historia, no iban a dejar pasar la oportunidad. Para ello, evidentemente, debían hacerle frente a las selecciones supremas del sur del continente americano. El 25 de julio de 1993, Bolivia demostró que estaba capacitada para lograrlo.
Dirigidos por el técnico español Xabier Azkargorta y delante de 40.000 bolivianos presentes aquel día de verano de finales de siglo en el estadio Hernando Siles de La Paz, la Verde superó a Brasil por 2-0. Taffarel, el arquero de la ‘verdeamarelha’, que fue héroe en la primera mitad tras detener un penalti, no logró atajar un disparo de Marco Etcheverry a falta de dos minutos para el final.
La selección brasileña, repleta de grandes nombres –Taffarel, Cafú, Luis Enrique, Mauro Silva y compañía-, se lanzó al ataque para lograr la igualada, pero Álvaro Peña puso el 2-0 y liquidó el encuentro en un contragolpe.
El autor del primer tanto, el ‘diablo’ Etcheverry, jugador de 22 años, con melena y el 10 en la espalda, era el jugador más destacado de aquella histórica selección boliviana y, probablemente, de toda la historia del equipo del Altiplano. Mediocentro ofensivo muy habilidoso con el balón en los pies y vertiginoso en la conducción. Por aquellos entonces era futbolista del Colo Colo chileno. Antes había vestido la elástica del Albacete. Más tarde, fichó por el DC United de la MLS, que lo fue cediendo a diversos equipos, sobre todo, bolivianos. Su última aventura antes de retirarse en 2006 fue en el Bolívar.
Además de él, en aquella selección había otros grandes nombres, que también terminaron siendo determinantes; Erwin Sánchez, Julio César Baldivieso, Carlos Borja, Milton Melgar, William Ramallo o Ramiro Castillo, entre otros.

Cada 25 de julio es una fecha especial para todos los futboleros bolivianos. Aquella selección y aquella hazaña, de la que hoy se cumplen 29 años, son imborrables en la historia del balompié en Bolivia. Aquel año, de hecho, fue la última vez que se clasificaron para una Copa del Mundo. Es inevitable, por tanto, sentirse asediado por la nostalgia de aquellos gloriosos años.
EEUU 1994 fue un desastre para ellos. Terminaron últimos de grupo con 1 punto, Etcheverry fue expulsado en los instantes iniciales del primer partido y castigado con dos encuentros de suspensión (por tanto, no volvió a jugar) y, para más inri, la campeona fue, precisamente, Brasil.
Aún así, Bolivia es la única selección que puede alardear de haber derrocado la increíble racha brasileña de 39 años invicta en los clasificatorios mundialistas. Mérito rotundo.
Imagen principal vía: BeSoccer.
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