Su suplencia en el partido de Champions ante el Leipzig fue la gota que colmó el vaso del croata, que empieza a valorar su salida del Madrid.
Temporada complicada
Luka Modric está ante una de las temporadas más duras que le ha tocado vivir como madridista. Su peso en el juego va disminuyendo con el paso de los partidos y con la llegada de jugadores jóvenes con ambición por hacerse un hueco en el 11 inicial. El croata ha disputado un total de 1372 minutos distribuidos en 28 partidos. Sólo acumula 16 encuentros como titular y se ha visto superado por Camavinga, Valverde, Tchouameni, Brahim e incluso su compañero de fatigas, Toni Kroos.
Luka habló con Ancelotti el curso pasado, y el técnico italiano le trasladó la idea de que iba a ser un jugador de rotación, con el objetivo de que llegara en unas condiciones óptimas al tramo clave de la temporada. Carlo no falló, y Modric acabó disputando casi todos los minutos de las eliminatorias de la Champions, dejando un gran nivel en todos los encuentros ante rivales de gran entidad (Liverpool, Chelsea y Manchester City).
Cruda realidad y posible final
Sin embargo, entrenador y jugador también hablaron al comienzo de este curso. Ancelotti repitió lo dicho por aquel septiembre de 2022, pero esta vez no está contentando a la leyenda balcánica con sus decisiones. La gran temporada que está realizando el Real Madrid con la participación de jugadores con un papel secundario, como es el caso de Brahim, y el músculo que le da al centro del campo jugadores como Tchouameni o Valverde, hace que Carletto tenga que prescindir del croata en encuentros decisivos.
Ante el Leipzig no disputó ni un sólo minuto. Y eso que en la antesala del partido, su nombre estaba en las quinielas junto a los de Brahim y Joselu para sustituir al lesionado Jude Bellingham. Fue el «21» el que ocupó esa cotizada posición, y lo aprovechó a la perfección con un golazo a la altura de muy pocos para poner en ventaja al Real Madrid de cara al partido de vuelta.
Leipzig, el punto de inflexión
En Alemania, Modric estalló. Posiblemente él y Arda Güler son los dos jugadores más descontentos por su rol en el equipo esta temporada. Con diferentes contextos pero con los mismos motivos, ambos no dudaron en mostrar su enfado después del cruce de ida de los octavos de final de la UCL. Brahim consolaba al turco en el banquillo, mientras que Modric mostró su cabreo una vez supo que no iba a jugar ni un solo segundo el pasado martes.
Ahora la pelota está en el tejado del «10» blanco. De él dependerá su continuidad en el Real Madrid, lo que está claro es que se ha ganado el derecho a decidir lo que el quiera. Se lo ha ganado, y si hay que despedirlo, se le despedirá como lo que es: una de las leyendas más grandes del Real Madrid C.F.
Imagen principal: Photo by OSCAR DEL POZO/AFP via Getty Images.
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