Artículo de opinión sobre la toxicidad ejercida por parte de Jos Vertappen hacia su hijo puede ser evitada usando otros modelos educativos.
Cuando la Humanidad estaba a espuertas de la entrada de la Revolución Francesa, el polifacético intelectual y uno de los arquitectos de la Ilustración, Jean-Jacques Rousseau etiquetó al hombre «como bueno por Naturaleza», pero aclarando que la Sociedad puede corromper dicha cualidad innata. De este modo, podemos decir que la Educación se convierte en el factor diferenciador entre la persona corrompida y quién mantiene la esencia humana.
La Fórmula 1 no permanece ajena a dicha tendencia, porque aunque siempre existen los tópicos que relacionan a las leyendas de la Fórmula 1 como unos ególatras con escasa empatía. Cierto es que Michael Schumacher, James Hunt, Nigel Manssell, Kimi Räikkönen, Lewis Hamilton y Fernando Alonso en muchas ocasiones han dejado entrever que se va a la Fórmula 1 a masacrar a todo contrincante como principal vía de supervivencia, circunstancia que les ha llevado a forjarse como leyendas en este Deporte.
Mucha gente justifica este ego por la presión que conlleva entrar en un deporte para escasos elegidos, pero la realidad es que a día de hoy nos encontramos con una generación de pilotos capaces de combinar la humildad con la competitividad, incluso el sentido del humor, como pueden ser el caso de Daniel Ricciardo, Lando Norris o Carlos Sainz.
Por tanto, y afortundamente, no se justifican las actitudes ególatras carentes de educación como las de Sebastian Vettel o Kimi Räikkönen por la radio y, por supuesto, las de Max Verstappen, por ejemplo, cuando llegó a agredir a Esteban Ocon cuando provocó un trompo que le privó de ganar en Brasil o cuando soltó bilis por su boca sobre Carlos durante el Gran Premio de Portugal. Dicha actitud resulta poco conveniente para un piloto que proviene de familia deportista, ya que podemos destacar cómo Lucas Cañizares ha aprendido el valor del Deporte a través de los consejos de su padre, el ex portero Santi Cañizares, Rafa Nadal gracias a su tío Toni y el propio Sainz con su padre.
Nada más lejos de la realidad, Max se ha encontrado con un ejercicio paternal por parte de Jos totalmente opuesto a los modelos implantados con anterioridad. Mientras que Santi alegó en su último video subido en YouTube la importancia de educar en la derrota, anteponiendo el compromiso al resultado, Carlos Sainz en que su hijo buscara constantemente la mejora y Toni Nadal en que Rafa sacara el máximo partido a su esfuerzo, Jos Verstappen no tuvo el pavor de decir que acudió a golpear varias veces el casco de su hijo para que diera el máximo junto a la amenaza de dejarle tirado en pleno Gran Premio.
Puede parecer un mal entendido, ya que ha habido ocasiones en las que un «toque» a tiempo ha salvado carreras deportivas. Cabe recordar que Luis Aragonés cogió de la «pechera» a Samuel Eto´o para que comenzara a dar el máximo en el Mallorca a nivel deportivo como personal o cómo el padre de Joaquín le dio un pescozón a su hijo para que se enfrentara a su crisis existencial con el fútbol. No obstante, lejos de tratarse de un episodio aislado, no es nuevo este modus operandi para el mayor de los Verstappen, ya que cuenta con algunas denuncias por conflictos en bares y con supuestas peleas familiares, por no olvidar que llegó a «entender» la actitud barriobajera de su hijo con Esteban.
Sin duda, tener esta actitud y defenderla con tal naturalidad resulta intolerable para el deporte, ya que mucha gente empieza y continuará viendo la Fórmula 1 como un estilo de vida gracias al enorme talento de estos deportistas, ya que pilotos como Carlos Sainz, Charles Leclerc o George Russell, entre otros, son producto de la generación de los Alonso, Button, Massa y compañía, generación con la que servidor se aficionó a esta categoría.
Es cierto que siempre se encuentra la respuesta que daría Nicolás de Maquiavelo para conseguir el poder, pero no solamente podemos considerar que la victoria a cualquier precio no lo es todo en la vida, también ha habido pilotos campeones que no han tenido que desempeñar un papel de persona excéntrica. Nico Rosberg es uno de ellos, al igual que un Jenson Button que además de haber conseguido un título mundial, llegó a derrotar con el mismo coche a dos poderosos campeones como Lewis Hamilton en 2011 y Fernando Alonso en 2015, modelos en los que los pilotos y padres que quieren que sus pilotos escojan esta pasión deben tomar al pie de la letra para ser un héroe dentro y fuera de la pista.
Fuente de la imagen: Wikipedia Commons
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