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Convertir lo excepcional en cotidiano

Nueva exhibición de Leo Messi en la victoria por 5-1 del Barcelona ante el Real Valladolid.

No deberíamos sentir como algo normal cada exhibición de Leo Messi sobre el césped, porque dentro de poco tiempo no lo veremos y quizás tardaremos muchos años en ver algo parecido o que mínimamente se le acerque. Mientras a Maradona le ponían un trono en un campo de fútbol argentino, que él acepto como si fuera más importante que cualquier persona que salva vidas, Messi ejercía su profesión de forma humilde y en el verde, ese lugar donde los artistas del fútbol imaginan y crean obras de arte. El de ayer fue un día más en la oficina para el astro argentino: dos goles, dos asistencias y un recital de caños.

Ayer, yo y muchos aficionados al fútbol, cometimos un gravísimo error. No me emocione con el gol del Valladolid que igualaba el marcador y le ponía picante al encuentro. No pensé que podríamos ver un partido igualado y bonito porque sabia que cuando Messi encendiera la moto, aunque fuera al 50%, las opciones del Pucela iban a desvanecerse. Y lo peor fue que no me emocione con la posterior exhibición de Leo Messi, no me levante del sofá porque el 10 del Barcelona hace esto cada semana. Nos hemos acostumbrado a lo excepcional, y en cierta medida es malo, pues, como nos ha pasado con la Selección Española de Fútbol y con otros deportistas, un día Messi no va a ganar porque no va a estar.

Imagen vía: FC Barcelona (web oficial)
Imagen vía: FC Barcelona (web oficial)

Entiendo a Valverde cuando afirma que no le dice nada a Messi, porque el argentino, desde dentro del terreno de juego, ve cosas que ni siquiera los que estamos fuera vemos. Y encima ejecuta esos pases y disparos a la perfección. Él solo vio como Arturo Vidal corría al segundo palo. Él solo vio el desmarque de Luis Suarez entre un montón de piernas. Él solo vio que para meter esa falta debía colocar el balón en la escuadra. Él solo vio que el pase de primeras de Rakitic necesitaba un control orientado hacia portería rival con el muslo. Él solo vio que Óscar Plano le iba a encimar y que debía superarle con un caño. Maradona ha sido Maradona durante siete años. Messi ha sido Maradona durante los últimos 15 años. Por eso Messi es el mejor jugador del mundo y de la historia, y por eso Messi es el único capaz de convertir lo excepcional en cotidiano. ¡Qué bueno que viniste, Leo!

Imagen destacada vía: FC Barcelona (web oficial)

Escrito por: Francisco Rodríguez Collazo

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