Es común observar cómo ciertas partes de España buscan la unidad nacional, pero al mismo tiempo dividen cuando algo no les agrada.
En un mundo cada vez más dividido, el deporte ha sido históricamente un vínculo que trasciende fronteras, uniendo a personas de diferentes culturas y naciones. Sin embargo, en el caso del fútbol español, parece que hemos perdido de vista este valor fundamental. Es hora de abordar un problema que ha calado profundamente en nuestra sociedad: la división de lealtades cuando se trata de apoyar a nuestra selección.
Si echamos la vista atrás, este no es un evento nuevo. La generación dorada de la Selección Española (2008-2012) tuvo un comienzo turbulento, con la remodelación de las convocatorias por parte del sabio Luis Aragonés, dejando fuera a personalidades como Raúl. A pesar de ser sometido a la crítica general por parte de aficionados y prensa, meses después nos coronamos campeones de Europa, y el resto es historia.
Luis Enrique fue el último seleccionador, con un historial notable que incluye una final de la UEFA Nations League y unas semifinales de la Eurocopa ¿Estamos malacostumbrados? No es viable ganar todos los campeonatos, ni las mejores selecciones lo han logrado. Aun así, la opinión pública y ciertos sectores del país pedían su destitución, ¿Por qué? Principalmente por su pasado culé y su tendencia a convocar jugadores de su agrado, algo común entre todos los seleccionadores a nivel mundial, y que podemos apreciar en el caso de Fabián Ruíz y Luís de la Fuente.
Sin mencionar que en la final de la UEFA Nations League, muchos optaron por apoyar a Francia debido a la presencia de Benzema y Mbappé. Una vergüenza, si me lo preguntan.
Situación actual de la afición
Es desalentador ver cómo algunos aficionados dan la espalda a nuestra selección simplemente porque no se convoca a un jugador de su equipo favorito. Dejando de lado el caso del Real Madrid, que es uno de los equipos de LaLiga con menos españoles, encontramos polémica en la no convocatoria de Isco, por parte del Betis, o de Koke, por parte del sector colchonero. Esta mentalidad estrecha no solo divide a nuestra sociedad, sino que también debilita al propio combinado nacional.
Algunos no distinguen entre el fútbol de selecciones y el de clubes, y apoyan al país que cuente con más jugadores de su preferencia. Históricamente, el FC Barcelona ha sido el equipo que más ha aportado a la Selección de España, algo que molesta a muchos.
Aun así, seas más madridista que Santiago Bernabéu, más colchonero que Aragonés o más valencianista que Gayà, nunca comprenderé cómo una persona de Extremadura puede apoyar a Francia cuando se enfrenta a España.
El fútbol debería ser un terreno neutral donde todos nos unamos en apoyo a nuestra selección, independientemente de nuestros colores. Es momento de dejar de lado las rivalidades de clubes y recordar que, cuando se trata de la selección nacional, todos somos españoles primero.
Como dijo el mítico Johan Cruyff: “El verdadero aficionado siempre apoya a su selección, independientemente de los resultados o los jugadores seleccionados”. El resto de personas que apoyan en la victoria, no son más que oportunistas.
Imagen principal vía: Ángel Martínez/ Getty Images.
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