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Bielsismo, un estilo único

El técnico argentino se ha erigido como el líder de una prometedora Uruguay

El técnico argentino se ha erigido como el líder de una prometedora Uruguay.

Allá por donde ha pasado siempre ha dejado huella. El entrenador rosarino es uno de los estandartes del fútbol sudamericano. La capacidad de dotar a sus jugadores de las armas necesarias para neutralizar a los contrarios ha convertido a sus equipos en auténticos underdogs. Técnicas defensivas arcaicas, férreos marcajes individuales y un despliegue físico encomiable han sido alguna de sus señas de identidad. El Loco, como le llaman algunos, se define como un técnico minucioso y pasional. San Mamés o Elland Road fueron algunos de los estadios que disfrutaron del aura inconfundible de este entrenador con mayúsculas.

La intensidad elevada a la enésima potencia es algo que Bielsa sabe sacar en sus jugadores. Es simple, si no lo haces no juegas. Su dilatada experiencia en los banquillos de selecciones y equipos de Latinoamérica permitió al de Rosario aprender y curtirse en un fútbol algo más primario que el del viejo continente. Resulta extraño, pero los equipos con los que realmente este sabio de la táctica ha triunfado ha sido cuando no tenía una gran estrella en sus filas.

Un equipo camaleónico

El Bielsismo va mucho más allá de lo físico. La fuerza mental del equipo cobra una importancia vital, y para ello sus jugadores deben estar preparados. El fútbol no siempre es un camino de rosas. Por ello, ese extremo descarado y anárquico que vive del regate, si el partido lo requiere, tendrá que realizar coberturas de manera permanente al lateral de su banda y ser práctico cuando su equipo recupere el esférico. El argentino prescinde de alardes y priorizar el bien del equipo antes que el del propio jugador es uno de sus lemas por bandera. ¿Un ejemplo? El partido de ayer de Facundo Pellistri ante Brasil.

Uruguay es pasión, Uruguay es lucha y entrega, La celeste necesitaba a Bielsa tanto como Bielsa necesitaba a La Celeste. La pasión exacerbada por este deporte del longevo técnico rosarino casa a la perfección con el sentimiento de pertenencia del aficionado charrúa. Esta selección está adquiriendo una amplísima variedad de registros. Capaces de salir a la contra, replegarse y aguantar en bloque bajo, tocar y tocar hasta encontrar los espacios o, si es necesario, proponer un encuentro áspero y trabado como el de ayer ante la selección carioca. En todos estos escenarios se mueven como pez en el agua y eso es gracias al sabio argentino.

Palabra del genio

«Entrenar exige convencer», dijo Bielsa el pasado 13 de octubre. Paulatinamente, el seleccionador uruguayo tiene que continuar inculcando sus valores y premisas para que los Valverde, Darwin Núñez, Araujo y compañía crean en él y lo trasladen al terreno de juego. Una ardua tarea, un propósito que no entiende de medias tintas y que pretende devolver a La Celeste a la cúspide del fútbol sudamericano. Una cima de la que descendió tras la marcha del icónico Óscar Washington Tabárez (ganador de La Copa América en 2011).

 

Imagen vía: Ernesto Ryan / Getty Images

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