Hay quienes dicen que el amor verdadero no existe pero hay otros que saben de Anaïr Lomba y el Espanyol, una relación auténtica.
El fútbol, ya sea masculino o femenino, sigue creciendo, las cifras son cada vez mayores y parece que poco a poco se va perdiendo el orgullo del pueblo, el orgullo de la afición. Por mucho que parezca que los deportistas solamente se mueven por dinero en este Siglo XXI, Anaïr Lomba (Pontevedra 1989) es capaz de demostrar lo contrario y que detrás de una carrera de altísimo nivel se esconde una realidad, un amor verdadero.
Como muchas otras niñas, Lomba, empezó a jugar muy joven, junto a sus amigos, compañeros y familiares. Pero a la corta edad de empezar a envolverse con el balón, tuvo bien claro que quería dedicarse a lo que estaba haciendo y más le gustaba, quería y soñaba con vivir del fútbol. Desde bien jóven empezó a destacar en torneos y competiciones regionales.
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— Anaïr Lomba (@Anair16) January 24, 2022
Cuando todavía no conocíamos el fútbol femenino a nivel de masas, en Barcelona, a 1.170 kilómetros de la ciudad natal de Lombi, ya se empezaba hablar de una jóven jugadora gallega que venía despuntando. Como a muchas otras leyendas, las buenas noticias le llegaron relativamente pronto a Anaïr. Con no más de 13 años él Barça llamó a su puerta tras verla en un torneo de semana santa donde dejó con la boca abierta a los técnicos azulgranas.
El camino hasta la élite, el correcto no es directo
De un día para otro, pasó de jugar junto a sus amigas en el equipo de su ciudad, a hacerlo en un Barça siendo todavía una niña. Aterrizando en una ciudad como Barcelona a principios de los años dos mil. Desde fuera puede parecer toda una aventura y una experiencia inmejorable y realmente sí que lo es.
Separarte de tu familia a los 13 años, no es para nada sencillo. Desde bien jóven sabía que su sueño de ser futbolista se escondía más allá de lo que ella conocía hasta el momento, así que pasó a vivir en un internado mientras jugaba en el conjunto catalán. «Me fui de casa, con trece años. Trece».
“Yo iba a clase por las mañanas y también tenía clase por la tarde. Además, teníamos unas horas de estudio. Cuando tenía que ir a entrenar, me recogía un coche en la puerta.” Palabras de Anaïr Lomba en una entrevista concedida a ‘La Vanguardia’. Algo que a pesar del sufrimiento y el tiempo que pasó lejos de los suyos, terminó teniendo recompensa.
En la temporada 05/06, llegó el debut de Lombi con el Barcelona B, incluso a los 16 años, es decir una temporada más tarde, logró tener algo de protagonismo en el primer equipo. No obstante, su relación con el Barcelona no terminó siendo todo lo exitosa que se esperaba.
Tras salir de una potencia mundial como el Barça y de despedirse de una gran ciudad como Barcelona, puso rumbo a la Unión Deportiva Guardesa, un club humilde pero que le mantenía cerca de su familia. Dos temporadas fueron suficientes para darse cuenta de que era un club que le quedaba pequeño. Por lo que decidió poner rumbo al Club Deportivo El Olivo.
En el Olivo se mantuvo hasta cinco temporadas. Desde los 19 años hasta los 23. Su regresó a Galicia le sirvió para mejorar a nivel individual pero no para volver a pisar la máxima categoría del fútbol español. La última vez que jugó en la máxima categoría, fue en el Barça y aunque no le fue muy bien su experiencia en el conjunto culé. Volvió a la primera división del fútbol español.
Barcelona es una ciudad que siempre brinda segundas oportunidades. No fue en el Barça pero Lombi regresó a la ciudad condal y sí, lo hizo para triunfar, de la mano del Real Club Deportivo Espanyol. Una entidad que posteriormente pasaría a ser el ‘amor de su carrera’. Vivió los últimos años de aquel Espanyol mítico acostumbrado a vivir entre los mejores de la liga (15/16, 16/17 y 17/18).
Aunque fue con 13 años cuando Anaïr empezó a apuntar muy alto, no fue hasta los 25 cuando logró adquirir una estabilidad en la máxima élite. Nada más y nada menos que 12 años más tarde y sí, lo hizo a 1.170 kilómetros de su casa pero no en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, sino en el templo perico, en la Ciudad Deportiva, Dani Jarque. Se cerraba un ciclo.
Sus éxitos como perica la llevaron a un Valencia que venía sacando muy buenos resultados. Su pasó por Valencia no le fue nada mal. Pero tras una primera temporada de mucho nivel, en su segundo año como ‘taronja’, sufrió una lesión que le llevó a dejar el club.
De Pontevedra a Barcelona, el amor de una vida
Barcelona le dió una segunda oportunidad a Lombi tras su lesión en Valencia. Después de prácticamente un año alejada de los terrenos de juego y batallando con su lesión de rodilla. Lombi recibió varias ofertas para volver tras la lesión pero optó por ofrecerse a su ex equipo, al Real Club Deportivo Espanyol, donde años atrás se ganó un nombre ante el fútbol femenino español.
El conjunto perico que tenía ya la mirada puesta en iniciar la temporada 19/20, rechazó el regreso de Anaïr. Por lo que la jugadora tomó la decisión de dejar el fútbol. Sí no era en el conjunto perico, estaba convencida de que no iba a regresar al fútbol. Una decisión que por suerte solamente tuvo unos meses de duración.
En invierno de esa misma temporada el Espanyol se veía colista en la tabla sin una sola victoria y buscando una ‘nueve’ para tratar de revertir una situación que las llevaba directas al descenso. Y hablando de delanteras, las miradas de Jordi Ferrón, entrenador del equipo por aquel momento, se centraron directamente sobre Anaïr Lomba.
A pesar de estar ya ‘retirada’, ‘Lombi’, empezó a ejercitarse con el conjunto espanyolista en varios entrenamientos. Hasta que llegó el final de mercado y el equipo seguía sin contar con esa delantera. Por lo que a últimas horas, llega la oferta perica a la que fuera la ex jugadora del equipo. Cuando apenas quedaban unos pocos instantes de mercado, esta recibió su contrato estando en Galicia.
Era cuestión de horas y solamente quedaba firmar el contrato. Como ella misma dice “Firme mi contrato de regresó al Espanyol en una tienda Orange”. Pero sí, Lomba terminó regresando a su segunda casa. La jugadora terminó siendo inscrita en la Primera Iberdrola. No obstante, solamente jugó tres meses con el equipo, debido a la irrupción de la pandemia. Tras la pandemia se tomó la decisión de anular los descensos, por lo que el Espanyol logró mantenerse una temporada más en la élite.
Ha sido un día precioso y complicado a la vez.
Gracias a todos por el cariño y gracias por dejarme vivirlo con él.
Prometo contestaros a todos pero dadme un poquito de tiempo.
Gracias 💙 pic.twitter.com/ty97O7gvj5
— Anaïr Lomba (@Anair16) January 24, 2022
Anaïr dejó su vida de futbolista retirada junto a su familia en Pontevedra para volver a Barcelona y echarse a la espalda un Espanyol Femenino que marchaba directo al desastre. A pesar de ello, a la temporada siguiente 20/21, el conjunto catalán acabó descendiendo a segunda división. Una temporada más agridulce, imposible para el club perico.
Esta última semana Lomba ha anunciado su retiró del fútbol. Parece que en esta ocasión no habrá un regreso ‘in extremis’ como lo hubo en la anterior ocasión. Aunque no solamente Anaïr, sino todo el fútbol español puede estar bien orgulloso de haber tenido a esta jugadora en nuestro fútbol, aunque muchos la han sufrido en contra. En la CD Dani Jarque siempre quedarán sus goles y tardes de locura perica.
Imagen Principal: RCDE
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