La diferencia entre los grandes de Europa y del fútbol español no es el físico, sino el ritmo en la toma de decisión con balón.
Seria resultadista por mi parte si escribo este artículo sólo porque en la última semana el Barcelona ha perdido 1-4 ante el PSG, el Sevilla 2-3 frente al Dortmund y la Real Sociedad 0-4 contra el Manchester United. Pero no, yo soy realista con lo que ven mis ojos en el juego y durante un tiempo extenso. Yo escribo este artículo porque la involución del fútbol español no es cuestión de tres malos partidos, sino de una tendencia sin ni siquiera competir con lo mejor de Europa a nivel de clubes y selecciones. No busco excusas, sino causas. Las cosas no pasan por casualidad, sino por causalidad. Y el fútbol español, en general y desde que se lleno la barriga de títulos, ha tomado malas decisiones dentro y fuera del campo. No se ha renovado, no ha evolucionado.
En mi último artículo hablaba sobre la mala formación que reciben nuestros talentos en Segunda B y categorías juveniles. Decía que la propia competición, y nosotros como resultadistas compulsivos, estábamos abocando al talento a tener que adaptarse a un contexto que en el día de mañana no se encontrarán en la máxima elite. Dedicamos más tiempo a prepararlos físicamente para que ganen jugadas aéreas, que a ponerlos en el juego del fútbol y obligarlos a que se atrevan y tomen decisiones. Les damos ‘masterclass’ de temas que en el examen diario del fútbol profesional sólo le entrarán un par de preguntas, mientras que olvidamos aquellos temas que harán al futbolista, además de aprobar, poder crecer y llegar al sobresaliente.
Que si, que el problema del fútbol español no es el físico. ¿Cómo va a ser el problema el físico si lamentablemente es lo que más trabajamos en la actualidad? ¿Cómo va a ser el problema el físico si estamos todo el día fichando a jugadores altos y fuertes? Al Barcelona de la Champions no le eliminan el PSG, el Bayern, el Liverpool, la Roma y la Juventus por correr más rápido sin balón. No, al Barcelona lo eliminan de la Champions porque el ritmo del juego con balón del rival es bastante más rápido. Lo eliminan porque el rival toma mejores decisiones con y sin balón. Lo eliminan porque el rival se atreve a jugar al espacio y al uno contra uno. Arriesgan, no juegan fácil. Tocan y se mueven hacia adelante.
Para jugar rápido con el balón y sin él no hace falta ser un ‘culturitas’. Hay que poseer una gran técnica y talento, y ser rápido de piernas y de cabeza para tomar la mejor decisión de la manera más rápida posible. Y, a día de hoy y en los últimos años, la competición en España empuja al futbolista a jugar lento y fácil, por tanto, a pensar lento y fácil. Nuestros futbolistas no se atreven a tomar decisiones por su cuenta, sólo esperan a que las cosas ocurran por algún error del rival, cuando el error del rival es más fácil que ocurra si lo provocas moviéndote y moviendo rápido el balón. Tenemos las mismas o mejores herramientas que los demás, pero tenemos más miedo a fallar ante un rival que arriesga y gana. Y cuando no gana se queda tranquilo, pues nunca se queda con la duda.
Es evidente que la falta de calle ha influido de manera muy importante en la falta de toma de decisión de los futbolistas españoles. Pero es que en Inglaterra, Francia y Alemania también se ha perdido la calle, y sus talentos son más rápidos en la toma de decisión. ¿Será que en las canteras de Inglaterra, Francia y Alemania se trabaja la toma de decisión? ¿Será que la propia competición los obliga a constantemente tomar decisiones dentro del propio juego del fútbol?
Por ejemplo, en los dos últimos Mundiales Sub-17, un torneo que marca la evolución y lo que viene en el fútbol mundial, Francia e Inglaterra no nos pega un meneo al contragolpe como las selecciones africanas, sino con un ritmo de juego con balón muy superior. Y en Champions League pasa más de lo mismo. Al final, el fútbol evoluciona o involuciona, pero siempre está en constante movimiento, y también siempre con el balón como mayor motivo. Delgado o fuerte, pequeño o grande, todo parte del talento y de lo que hagas con el balón.
Cuando dominábamos el fútbol mundial, nosotros también corríamos menos y éramos menos fuertes que los rivales, pero con el balón jugábamos a una velocidad superior. Ahora, nosotros jugamos lentos con el balón, mientras que los rivales juegan rápido. Son ciclos donde no siempre podemos reinar, pero en los cuales siempre debemos adaptarnos y competir. Más que tomar malas decisiones, no estamos tomando decisiones dentro del juego para revertir la dinámica.
Imagen destacada vía: FC Barcelona
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