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¿Qué ha ocurrido para llegar a tal humillación en el Metropolitano?

Analizamos en frio la situación madridista para entender qué ocurrio en esa inesperada derrota

Analizamos en frio la situación madridista para entender qué ocurrio en esa inesperada derrota.

No soy especialmente fan de escribir una novela de cada partido. Una de las cosas bonitas que tiene el fútbol es que hoy puedes caer pero la siguiente jornada te da una nueva oportunidad de levantarte. Así, sucesivamente hasta el final de la temporada. Sin embargo, el Real Madrid ha caído en uno de los partidos que generan tendencias en la temporada. En uno dónde el recuerdo de la decepción llega más lejos y se guarda en el historial de partidos(humillaciones) históricos.

Cierto es que cuando juegas contra un rival de la enjundia del Atlético de Madrid, tienes un duro reto por delante en el que se te permite perder, siempre y cuando no se pierda repitiendo errores del pasado y buscando con ahínco la mala suerte.

Partimos de la base de un Real Madrid que venía siendo el único equipo en ganar todos los partidos esta temporada. No olvidemos que la épica fue clave ante Celta, Getafe y Unión Berlín, es decir, fue clave en casi la mitad de los encuentros disputados en la temporada 23/24. Mala señal.

Pero esto no es todo, los goles venían, en su mayoría, de un jugador recién aterrizado, que lleva el 5 a la espalda y que no es delantero centro, ni mucho menos. No se confundan, no es que esté insinuando que el equipo blanco no se mereció estos resultados. Al revés.

El pleno de victorias venía dado por un esquema de 4 centrocampistas que, por poderío físico, estaban dándole mucha entereza al juego madridista, pese a que empezar el partido un gol abajo estaba siendo el pan de cada día. Podríamos decir que eran casi perfectos en defensa unos 80 minutos por partido. Esta solidez tenía 4 nombres: Valverde, Camavinga, Tchouaméní y Bellingham. Cuatro ciborgs dispuestos a aniquilar físicamente cualquier valiente que osase pasar por sus dominios. No olvidemos que Kroos asomaba la cabeza y, a base de buenas actuaciones, demostró que está para ser parte de la discusión y que su entrada en el once debería ser un “must be” para cualquier entrenador de televisión. Sobre todo después de la exhibición ante el Getafe.

Por otro lado, teníamos a un jugador de 38 años que cada poco ha ido apareciendo en prensa deportiva por su decepción al no ser parte de este olimpo de mediocampistas con la misma asiduidad. Bien sea por noticias filtradas o bien por declaraciones propias. Tampoco es que pida jugar como si fuese el hijo del jefe, sigue en forma y puede ayudar mucho al equipo. Siempre y cuando sepa que sus días de copar los once por norma ya están lejos.

De esta forma nos plantamos en la primera gran prueba de la temporada, en territorio comanche. Ancelotti decide que el jugador que mejores prestaciones defensivas ha dado debe ir al banquillo. Piensa que, quizás, metiendo 5 mediocentros, las carencias físicas de Modric y Kroos se camuflarían y les permitiría desplegar el buen fútbol que todavía les queda. Para ello, se inventó un esquema que no había probado ni en pretemporada. De perdidos al río. Más tarde se excusó en que mantuvo el esquema subiendo a Bellingham como delantero pero lo que pudimos ver en el verde fue un 4-3-2-1. Como si de un árbol de navidad se tratase en el que el Real Madrid fue bochornoso. Ese trivote de Camavinga en el centro y Kroos y Valverde de interiores generó que se comiesen a sus laterales en continuos 2 vs 1. Valverde no llegaba a las coberturas a Lucas, pero Kroos directamente ni hacía el amago de ir a ellas. Papelón para Fran García que apesta a señalamiento por parte del míster. Para mí, injusto, pese a que no dio la talla ayer.

Por otro lado, dejó en ataque a un solitario Rodrygo que parecía un niño entre vikingos. Todavía Carlo no ha comprendido que no es un 9 y, mucho menos, un 9 para enfrentarse sólo a toda una zaga defensiva de Don Cholo Simeone.

Lo gracioso es que el “9” grande, corpulento, experimentado y en racha, lo tiene. No será top 5 delanteros del momento, pero es un gran jugador y se merecía estar en el verde y no en el banquillo. Aparte Rodrygo necesita desmarques y movilidad por lo que vimos recurrentemente como jugadores como Bellingham o Modric ocupaban la zona de acción del delantero centro. La defensa de 5 del Atlético tuvo que frotarse los ojos en más de una acción.

Este planteamiento para poner con calzador a dos jugadores que ya demostraron en la humillación contra el Manchester City que no están para salir juntos en las grandes citas, acabó en un 2-0 en el minuto 18. Y suerte que Kepa estuvo hábil en el 30 para evitar el tercero. Ojo, para mi Kroos si está cerca del nivel de sus compañeros físicamente. Modric, con todo mi pesar, no.

Despropósito tras despropósito. Al menos, 10 minutos antes de acabar la primera parte, mandó a Camavinga a la izquierda para que echase una mano a Fran García.

La reacción más lógica fue la de Carlo cuando en el 45 mandó a Modric a la banca y sacó a su único delantero al campo. Al ver que encima iba perdiendo de más, decidió poner toda la carne en el asador sacando a dos defensas y un mediocentro defensivo. Nacho, Mendy y Tchouaméní. Mientras tanto, Brahim, su otro jugador de ataque, se quedaría sentado vaya a ser que demuestre que Carlo ha estado equivocado con él toda la temporada. Cuando entró en el 70 enseñó al mundo que tiene nivel Real Madrid de sobra.

No es que piense que a raíz de este partido el Madrid no ganará un título en lustros. No seamos alarmistas. Lo que me da miedo y rabia a partes iguales es la sensación de que el italiano es el míster mas conformista en el planeta Tierra. No pone el grito en el cielo cuando se van Benzema, Hazard, Asensio y Mariano y le traen a Joselu y Brahim. No clama por el hecho de que el lateral suplente de Carvajal es un Lucas Vázquez que lleva años lejos de su mejor nivel. No llora por el hecho de que se lesione Militao para toda la temporada y no le traigan a nadie. Y, encima, parece dejarse llevar por el mandato de Kroos y Modric. Ya el año anterior mandó a Tchouameni al banquillo cuando el alemán dijo públicamente que le gustaría ser pivote. Hoy ha dejado fuera al mismo. Injustamente.

No pido que haga ningún milagro, solo imploro que sea capaz de mantener la cordura que mantuvo a inicio de temporada. Porque este rombo puede salir bien, siempre y cuando los carrileros estén al nivel de llegar a línea de fondo y el Madrid se cimiente en la solidez defensiva.

Veremos cómo reacciona el italiano que ya ha perdido el liderato en manos de un pujante Barcelona, equipo que tiene en las altas esferas directivos que apuestan por grandes plantillas y fondo de armario. Quizás, Florentino podría asomarse a las oficinas de Can Barça a ver cómo lo hacen.

Por lo pronto queda esperar, el Real Madrid es experto en reponerse de los varapalos y remontar el vuelo. Seamos optimistas y apoyemos a un míster que nos ha traído 2 champions a casa

Imagen vía: Getty Images

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Ramón Morey Torralba

Granainoalmerienserondeñomadrileño viviendo en Francia. Dejo mi opinión para aquellos que leen de futbol.

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